De fiesta sin albero ni Real

Poco presupuesto, mucho trabajo y grandes dosis de voluntad son los ingredientes con los que cuentan las barriadas rurales para cocinar sus verbenas de verano

Vecinos de Cuartillo, ayer en la feria de la barriada rural.
Virginia Menacho / Jerez

13 de julio 2009 - 01:00

El sol pega fuerte en el llano del centro de barrio, son las cinco de la tarde y hay que montar una caseta de feria para el día siguiente. Es una caseta grande, de cuatro módulos y, con una rudimentaria palanca, hay que levantar la estructura para que Cuartillo celebre su vigésimo sexta verbena. Hay que echar los toldos y sujetarlos bien para que no se los lleve el levante y elevarla lo suficiente para que no se choque el vecino más alto. Para esta ardua labor nunca sobran manos, sin embargo, sólo seis, las que suman Paco Candelera, Antonio Marín y Manuel Domínguez llevan todo el día pegando martillazos para que el amasijo de hierros vista la alameda con aires festivos. Por la mañana recibieron la ayuda de dos operarios del ayuntamiento jerezano, que quedaron en volver al día siguiente para acabar de montarla. Pero el tiempo apremia, y quedan menos de 24 horas para inaugurarla.

No es fácil montar una verbena y menos en la zona rural. Aquí no hay ni Real ni albero. Esta barriada dispone de un presupuesto para fiestas de 3.600 euros para todo el año, 800 de los cuales se destinan a los caramelos y juguetes que se lanzan el día de reyes. "Con 2.800 euros tenemos que pagar enganche de luz, electricista, montaje de la caseta y aparte, la contratación de actuaciones para la verbena", explica Paco, delegado alcalde, que lleva desde 1999 montando casetas y preparando esta fiesta. Ya no ponen alumbrado porque si antes esa instalación suponía unas 100.000 pesetas, hoy les supone unos 4.000 euros, a parte de lo que se les va en luz, y los costes de la conexión de enganche. Si se suma todo, se agota el presupuesto. "No sé como nos la apañamos, pero bueno, la verbena sigue para adelante y esperemos que no se pierda". Paco rasca un poco el bolsillo de la Diputación de Cádiz, que subvenciona la cena que se ofrece a los jubilados.

Pero frente a la escasez de presupuesto se impone la voluntad. "Aquí no nos podemos quejar por falta de colaboración, hay muchos grupos y estamos trabajando en cadena, que es bastante importante y bonito". Aunque la asociación de vecinos organiza el festejo, tiene la colaboración tanto de las asociaciones y colectivos del barrio, como de otras personas y entidades del lugar. "Sólo hay que decir: Oye aquí hace falta esto y ya están aquí. El problema está donde todos los años, en la subvención. Que hay muy poca, y a veces, pues, nos llega tarde".

Pilar a pilar, con fuerza y maña, se monta la caseta, tras recibir la ayuda de las chicas que se hacen cargo de la cocina y la barra, Pepi y Rocío, y otras personas que han ido llegando. Esto no es todo, aún queda montar el cableado para dar luz al recinto y el montaje del escenario, pero eso se deja para el final, que el ayuntamiento instalará uno grande en el que quepa la banda municipal de Música de Jerez. Antonio trabajaba hasta hace poco de operario montando casetas en la zona rural. Este año, ya jubilado, pensaba que se iba a librar pero, sin embargo se ha pasado a echar una mano.

Los hierros que conforman la estructura de la caseta son nuevos y pertenecen a la barriada. La antigua la compartían con La Ina, tras recibir una subvención del PRODER (Programas para el Desarrollo Rural). "La otra la compramos y luego la ofrecimos al ayuntamiento, porque no había suficiente presupuesto para todas las verbenas, y le ofrecimos la caseta para que toda la zona rural celebrara sus fiestas", explica Paco. Sin embargo, ese acuerdo suponía que el montaje y desmontaje corriera a cargo del consistorio. Tras permanecer mucho tiempo expuesta a las inclemencias del tiempo, debido a que los operarios tardaron en desmontarla, la infraestructura quedó inservible.

Pese a la dificultad que conlleva organizar un evento de este tipo con tan pocos recursos, prevalece la voluntad, el trabajo y la constancia de algunos los colectivos de Cuartillo que, año tras año, trabajan conjuntamente para pasar unos días en convivencia con todos los vecinos. Ni la crisis ha podido este año con la verbena. Para ahorrar se consideró conveniente prescindir del gasto de damas y reinas, que suponen unos 600 euros, y han considerado sustituirlo por el reconocimiento a otras personas.

Pero un año más hay concursos de hortalizas criadas en los huertos de la zona, concursos de macetas, de gazpacho, y de tortillas de patatas. Los jubilados degustan todos los años, una cena en su honor. Los más jóvenes disfrutan de un campeonato de futbito, carreras de bicicletas, y maratones, mientras los más pequeños tienen actuaciones de magos y payasos, además de los 'cacharritos' de feria. Paco alaba también la voluntad de los feriantes que, un verano más, instalan el puesto de los helados, el turrón y las atracciones ha sabiendas que no van a hacer mucha caja, porque son sólo tres días de fiesta. "Esto se ha hecho para disfrutar, hay que venir a disfrutar de la verbena y echar un rato con los amigos. Es justo una vez al año".

1 Comentario

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último