Un gentío de romeros hacia el encuentro con la Blanca Paloma

El miércoles previo al Lunes de Pentecostés es algo así como el Domingo de Ramos para el cofrade. El día más esperado porque todo el sueño de un año se materializa en ese instante y además recobra vida. En una ocasión, un rociero perdió su empleo por negarse a trabajar los días de romería. El incorregible romero le dijo a su jefe antes de despedirse para siempre que "primero iba la obligación -ir al Rocío- y después la devoción", trabajar con el sudor de la frente. Dio un portazo y se marchó convencido de que ya la Virgen le daría un 'curro' cuando volviera a casa.

No sabemos si los más de 1.500 romeros que saldrán hoy desde el corazón de Cristina habrán dejado algún problema aparcado que tengan que retomar una vez recogida la Virgen. Algunos dejan familia, hijos, padres y hasta pareja. También los apóstoles lo dejaron todo para seguir al 'Pescador de Hombres'. Así que no hay que alarmarse ni llamarse a espanto por seguir al Simpecado durante unos días por Doñana.

Las campanas del convento de Santo Domingo doblarán a hora muy temprana llamando a todos aquellos que creen profundamente en la Reina de las Marismas. Cuenta la historia rociera de la ciudad que en el año 1932 se fundaba la hermandad de Jerez por la iniciativa insistente de un sanluqueño afincado en Jerez: Antonio León Manjón.

Nacía una hermandad con cierto aire aristocrático, con nombres nobles que iniciaron este sueño natural de romería que atraviesa la belleza encantadora del Coto, sobreactuada cuando los meses de mayo y junio se dan la mano. El Coto de Doñana espera al otro lado del río. Será a las 17 horas cuando 150 vehículos de tracción mecánica salten a Malandar a través del milagro de la barcaza que une el cielo y la tierra por medio del río que va a morir al mar, como dijo el poeta Jorge Manrique.

Datos

Más de doscientos caballos, buque insignia de la hermandad jerezana, serán conducidos por caballeros acicalados con zahones y cañeros. Y lo más importante: más de 1.500 almas rocieras que harán el camino a la búsqueda de las marismas almonteñas. Cada uno con un deseo en el corazón para llevarlo a los pies del Pastorcillo Divino. Charrets y unas catorce carretas también acompañarán la comitiva en una jornada mitad carretera mitad arenas de Malandar cuando la proeza de unir las dos tierras de Sanlúcar y Huelva se haga realidad.

Será una romería más. Los rocieros que conocen cada esparraguera del camino aseveran no hay dos Rocíos iguales. Este será el del año del olvido tras la mojada del 2016.

Un rocío de ilusiones renovadas, de calor y de sentido. De mosquitos cuando llegue la tarde y de encuentros alrededor de una candela. Son iguales y no es el mismo. Distintos porque las vivencias serán distintas. Iguales porque todos los pinos seguirán esperando en el mismo sitio y la meta se encontrará donde siempre: en la ermita donde aguarda la Reina de Almonte, la Madre de Dios que a todos ampara y acoge en su seno maternal.