Un jerezano trajo a España algunos de los primeros coches y motos norteamericanos
Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas
Este activo hombre de negocios de principios del siglo XX fue cosechero de vinos y representante general para España de diversa maquinaria agrícola extranjera; introduciendo, además, en nuestro país, gallos y gallinas de pura raza, los pavos bronceados, el pato imperial y el ganso tolosaSe llamaba José de la Quintana Álvarez y, además de dichos vehículos, importó también una de las primeras lavadoras mecánicas, amén de otras maquinarias industriales
RASTREANDO los albores del pasado siglo, en Jerez, nos topamos, allá por el año 1915, con un hombre realmente sorprendente. Un hombre de negocios que hizo fortuna introduciendo en España la más innovadora maquinaria agrícola de la época, procedente tanto de muestra patria, como del extranjero, especialmente de los Estados Unidos de América.
De este activo pionero de la industria jerezana, llamado José de la Quintana Álvarez, no hemos podido saber más, de su vida personal, que en 1915 vivía con otro hermano, que era capitán del ejército, en la calle de los Remedios, número 2, esquina a la calle Algarve y ya se anunciaba como agente de negocios, propietario de una pequeña bodega. Otro hermano, posiblemente mayor, era médico, y vivía en la calle Higuera, núm. 5
Sería cinco años después, en 1920, cuando le descubrimos como todo un agente de negocios de verdadero fuste, pues se hace anunciar como representante para España de importantes productos y maquinaria de importación, procedente principalmente de Norteamérica.
Entre la maquinaria, destacaban algunos de los primeros coches y motos norteamericanos que se vendieron en nuestra patria. Entre los primeros, los coches calesines, cabrioles, landós, victorias, faetones, etc de la marca Murray; siendo las motocicletas de la marca norteamericana "Miami", de uno o dos cilindros y, según decía su propaganda, "la motocicleta Miami con Side-Cars resulta un pequeñito automóvil para dos personas, muy cómodo y muy fuerte, para buenos y malos caminos. La motocicleta de un cilindro tiene cuatro caballos de fuerza". Para conocer catálogos, precios y referencias, había que acudir al agente en España, José de la Quintana, en Jerez de la Frontera.
Otras maquinas agrícolas e industriales de las que Quintana era agente exclusivo en la provincia de Cádiz, eran las fabricadas por Garteiz Hnos. Yermo y Cª, con fábricas en Bilbao, Sevilla, Córdoba, Palencia, Zamora y Rioseco, consistentes en segadoras, atadoras, gavilladoras, guanadoras, espigadoras, rastrillos y afiladoras de la famosa marca Mac. Cormick, consistentes también en arados, arados de desfonde, cultivadores, gradas, rodillos, sembradoras, arrobaderas, prensas para paja y heno, trituradoras, máquinas de ensilar, cortaforrajes., cortatubérculos, bombas y malacates; destacando las trilladoras y locomóviles Clayton y las correas de balata Dick.
Otras importantes representaciones que poseía José de la Quintana, para granjas, eran las incubadoras y las hidro-madres, todas de acero, para pollos, por aire caliente o agua caliente, de los modelos "Standart" y "Bantling" de la firma Reliable Incubator and Brooder y Cº, con comederos, bebederos, jaulas, estantes para huevos, reconocedor de huevos, matador de piojos, molinos para huesos y ostras; instrumentos para capar los pollos, etc., etc;
Complemento de esta maquinaria agrícola era la actividad que Quintana desarrollaba, paralelamente, como importador de gallos y gallinas de pura raza, P. Rock, Brahmas, Wyandotes, Lechorn, Cochins, Minorcas, Rhodes, Insland, etc.; además de pavos bronceados, patos imperial y ganmsos Tolosa..
Para el alumbrado y calefacción de recreos, hoteles, restaurantes, sanatorios, colegios, fincas de campo y otros grandes locales, José de la Quintana poseía novedosos aparatos generadores de gas "Herbst", sistema patentado Eisenach, que no daba mal olor y estaba considerado, por entonces, como el mejor alumbrado que existía, "por ser elegante, limpio y de gran intensidad lumínica", del que se decía que no había miedo a explosiones, ni era dañino para la salud, como ocurría con el acetileno y otros gases del alumbrado. Según Quintana era el gas más barato que se fabricaba; pudiendo aplicarse a cocinillas portátiles, calentadores rápidos de agua para baños, y estufas.
Por otra parte, el dinámico industrial jerezano, era agente para toda España de la compañía norteamericana "Woodmanse", constructora de los motores de aire "Standar" y "Mogul", que funcionaban por fuerza motriz. El primero, apto para instalaciones corrientes de abastecimiento de agua en fincas rústicas y urbanas, bodegas, etc.; y el segundo, para grandes instalaciones de abastecimiento de agua en parques y jardines, balnearios, ferrocarriles, etc.
No obstante estos avances de la técnica internacional de los años veinte, lo que habría de revolucionar la vida, a escala casera, no cabe duda que fue la máquina de lavar a vapor que Quintana introdujo en las casas pudientes españolas. Una máquina pionera entre las primeras lavadoras que se vendieron en nuestro país. Una máquina que ofrecía el mejor sistema para lavar la ropa, en aquellos tiempos; que carecía de paletas y de todo mecanismo interior que pudiera estropear y romper la ropa.
La propaganda del agente de negocios jerezano, decía que dicha lavadora, aún muy rudimentaria, hacía el lavado y el colado, al mismo tiempo, en diez minutos. Y añadía: hasta el setenta y cinco por ciento economiza en tiempo, trabajo, jabón, agua y combustible, sobre el lavado a mano. Hay que recordar cómo hacían nuestras madres y abuelas la colada, en aquellas grandes calderas, en los viejos lavaderos comunes de nuestras casas.
Pero esta lavadora primitiva, que apenas ocupaba sitio y la podía manejar hasta una niña, era totalmente higiénica, pues además de lavar y colar, "vaporiza y desinfecta la ropa al mismo tiempo", según la eficaz publicidad que José de la Quintana, agente en España de este, como de los otros productos, solía difundir en la prensa de la época.
No cabe duda de que este jerezano, llamado José de la Quintana Álvarez, que posiblemente perteneciera a los antepasados de la familia De la Quintana Fergusson, dato sin confirmar, y del que no hemos encontrado familiares actuales de dicha rama, fue un gran hombre de negocios, muy emprendedor y, sin duda, bastante adelantado a su tiempo, ya que su negocio radicaba, principalmente, en introducir en España los últimos adelantes en maquinaria agrícola y de locomoción; como los primitivos molinos de agua, movidos con motores de aire para fuerza motriz; sus aparatos generadores de gas y, sobre todo, sus coches y motos de marcas norteamericanas, fabricados en los Estados Unidos.
Los coches pertenecían a la marca "Murray" y su representante en España, el jerezano Quintana los servía en las modalidades de calesín, cabriolé, landó, victoria, o faetón, etc. y las motos eran de uno o dos cilindros, de la marca "Miami" Las de un cilindro, tenían cuatro caballos de fuerza. Pero las mejores eran las que tenían side-cars, porque - según anunciaba el agente de ventas -"resultan un pequeñito automóvil para dos personas, muy cómodo y muy fuerte, para buenos y malos caminos".
De esta forma, nuestro paisano José de la Quintana Álvarez , autentico pionero de la venta de productos norteamericanos, en nuestra patria, introdujo en España una serie de maquinarias agrícolas e industriales que llamaron, en su tiempo, poderosamente la atención de sus contemporáneos.
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