Testimonio de un jerezano que está en tratamiento en Proyecto Joven por ludopatía

“Lo peor no es perder, lo peor es ganar en el juego”

  • Un jerezano de 21 años relata cómo dejó de tener el control sobre el juego

  • Hoy se encuentra casi en el final de su tratamiento en Proyecto Joven

Pablo, días atrás, en ‘Diario de Jerez’.

Pablo, días atrás, en ‘Diario de Jerez’. / Vanesa Lobo

Esta semana el Ayuntamiento de Alcalá del Valle y diferentes colectivos de la localidad recogieron firmas para evitar la apertura –cerca de un instituto– de un segundo salón de juego en este pueblo de la Sierra. El aumento de jóvenes adictos al juego ha sembrado el miedo en las familias. Ya sea por entrar en un casino o por acceder a través de Internet.

La ludopatía es reconocida por la Organización Mundial de la Salud en su Clasificación Internacional de Enfermedades desde el año 1992. Pablo –nombre ficticio para guardar su anonimato– es un joven de 21 años que el 24 de diciembre del año pasado entró en Proyecto Joven por su adicción al juego.

“Me he dedicado al mundo de las fiestas, las organizaba, manejaba dinero”, relata Pablo. Entró por primera vez en un salón de juegos a los 16 años. Era eso, un juego. Pasaban meses sin entrar, era esporádico, hasta que dejó de ser casual para convertirse en un diario. “Yo iba a los locales y al final jugaba cada vez más. Podía estar toda la tarde dentro de uno”, cuenta el joven.

En una fiesta a finales de 2018 Pablo era el relaciones públicas, tenía personal a su cargo, pero él debía responder ante un superior. “Yo tenía el dinero de esa fiesta, pero no era mío. Lo perdí. Perdí casi 9.000 euros en muy poco tiempo y cuando tuve que devolverlo yo no tenía capacidad económica. Fue cuando hablé con mis padres”, recuerda.

“Yo he jugado a la ruleta, he jugado a alguna apuesta deportiva, pero sobre todo a la ruleta. Lo peor no es perder en el juego, lo peor es ganar. Porque entonces vas de nuevo”, reconoce Pablo. El joven añade que “yo me considero una persona inteligente, sabía que empezaba a tener un problema con el juego. Pero no sabes... Es una adicción. El tiempo ahí dentro pasa rápido”.

Pablo ha llegado a perder en un día unos 2.000 euros, pero también ha llegado a ganar incluso más de una sentada. “Es fácil engancharse. Hay muchísima gente enganchada al juego, pero no es un problema que se vea. Se juega muchísimo, hombres, mujeres y jóvenes. Yo he estado sentado con gente de 18 años y con señores de 70. El juego no tiene edad”, declara el jerezano.

He estado en una ruleta con un joven de 18 años y un señor de 70. El juego no tiene edad

“Yo me encontré entre la espada y la pared para reconocer mi problema, pero hay gente que no tiene problemas económicos y sigue jugando”, remarca Pablo, quien añade que “se convierte en una adicción cuando piensas mucho en ir. Hay mucha gente que no lo acepta. Yo sabía que tenía un problema, y luego acepté que tenía el problema”.

Para Pablo su familia ha sido fundamental para afrontar su adicción al juego: “Mi madre sabía que algo me pasaba, pero nunca había dado problemas en casa y me he ganado la vida desde muy joven, tenía dinero porque trabajaba. Sé de muchas personas que juegan y sus familias no lo saben. Mis padres me han ayudado muchísimo. Mis abuelos, mi familia... Todos. Pensaba que iba a ser algo muy complicado y todos se han volcado”.

Pablo se encuentra en la fase B2 de su tratamiento en Proyecto Joven, a punto de pasar a la última fase: “He recuperado mi vida, incluso la he mejorado. Mi familia se ha unido mucho más, y eso que con mis padres la relación siempre ha sido muy buena. Estar aquí es una terapia de crecimiento personal”.

El presidente provincial de Proyecto Hombre, Luis Bononato, subraya que con la ludopatía entre los jóvenes “viviremos algo similar como la adicción a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Nos preocupa muchísimo lo que estamos viendo con los juegos y reclamamos que haya mucho más control, como los sitios en los que se ubican los salones, la publicidad...”.

“Somos conscientes de que no todas las personas que juegan se convierten en adictos, pero sí un alto porcentaje, y estos demandan, cada vez más, un tratamiento”, subraya Bononato. Como son conscientes de este problema, el presidente de Proyecto Hombre recuerda que “existe un programa específico para dar respuesta a esta demanda, tanto en los programas de prevención como en tratamiento, y se atiende en Proyecto Joven (956 18 74 79)”.

Recuerde: a veces la línea que separa el uso del abuso, y este último de la adicción es demasiado fina.

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