BARRIOS

El largo camino de 'La Constancia'

  • El ejemplo de esta barriada de la antigua Junta Fomento del Hogar · Las obras de su reforma, que han comenzado al fin hace algunas semanas, no supondrán desembolso alguno para los vecinos

Más de cincuenta años llevan en pie las viviendas de la Junta Fomento del Hogar, aquel puñado de barriadas que levantó durante su mandato como alcalde Álvaro Domecq y Díez. La Constancia era una de ellas.

La historia de La Constancia es larga, por supuesto. Medio siglo después, todas aquellas barriadas arrastran grandes problemas por la falta de mantenimiento. En 2003 sonó la alarma en La Constancia. Se logró entonces rehabilitar catorce de las viviendas. Asomó luego la crisis y la constructora se declaró en quiebra. Al tiempo, la asociación vecinal remite a la Empresa Pública del Suelo (EPSA), dependiente de la Junta, todos los expedientes con idea de acogerse a la rehabilitación singular, que implicaba que se pudieran percibir el 95% de la subvención, asumiendo el 5% la empresa rehabilitadora.

Todo marchaba bien hasta que sobrevino un enorme susto. A finales de hace dos años, se produjo, mientras dormían, el desplome del dormitorio de Paco Flores Prieto y su mujer María Tinoco. Pudo ser una tragedia mayor, pero la vecina de la planta inferior se encontraba entonces fuera de la ciudad. Sin embargo, el accidente obligó a modificar todos los expedientes de reforma presentados y hubo que realizar catas en todas las viviendas (unas trescientas) para conocer los vicios ocultos que padecían.

La historia se volvió mal desde entonces: Tras el accidente, hubo que modificar todos los expedientes de reforma presentados. Hubo que realizar catas en todas las viviendas para poder conocer los vicios ocultos que podían arrastrar. Los técnicos de la Junta calificaron la situación de la barriada de "muy preocupante" y, por si fuera poco, la rehabilitación singular suscrita con EPSA no permitía tocar situaciones estructurales.

Esta circunstancia implicó el retraso del proceso. Se detectaron vicios ocultos en todos los proyectos y se pasó de una rehabilitación singular a estructural, que implicaba que la subvención sólo cubriría el 75% del costo del proyecto y el resto a cargo de los vecinos (unos 60.000 euros), "algo imposible de asumir por vecinos que en su mayoría son jubilados y viudas", dice Juan Miguel Payán, vicepresidente de la asociación vecinal, que hizo las veces del presidente, Paco Flores, que seguía entonces convaleciente del accidente.

En marzo de 2009 se firma un acuerdo histórico en materia de rehabilitación: Tras muchas reuniones con la Junta de Andalucía, EPSA y Ayuntamiento se firma un protocolo por el que, considerando la situación de la barriada, se busca una financiación mixta que posibilite que las tres instituciones aporten la cuantía del proyecto, 6.500.000 euros, sin costo alguno para los vecinos. Razones burocráticas retrasaron el proyecto hasta que finalmente, en marzo de este año, se firmaron tres proyectos por un importe de 550.000 euros, donde se prioriza la vivienda siniestrada, ya que sus vecinos llevan más de dos años fuera de sus casas.

Las obras han comenzado recientemente. Dada la situación de paro en el barrio, la constructora ha contratado a ocho vecinos, al tiempo que se compromete en un futuro a hacer lo propio con los parados del barrio. Hace una semana, se entregaron cuatro proyectos más y para primeros de 2011 se firmarán hasta catorce, "siempre siguiendo la prioridad en función de la gravedad en que se encuentran las casas", explica Payán.

"También hemos conseguido de la delegación de Innovación de la Junta que obligue a Endesa, Ayuntamiento y Telefónica a que repongan el cableado de las viviendas ya rehabilitadas por el peligro que conlleva", terminó diciendo.

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