La Maquinilla, turismo conceptual
Dos empresarios jerezanos abanderan este nuevo edificio de apartamentos turísticos dedicado exclusivamente al mundo del vino l El diseño e interiorismo está basado en el sector
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En junio de 1872, Jerez dio un impulso sustancial a su economía. Eran tiempos de bonanza en el sector bodeguero, una situación que se reflejaba en una ciudad moderna y próspera y que a partir de esa fecha volvería a ser pionera en la historia. Hablamos del nacimiento de La Maquinilla, aquel viejo tren que conectaba las distintas bodegas de la ciudad para trasladar el vino de una forma más eficaz y que propició un incremento notable de las exportaciones del sherry.
Aquel ‘tren del vino’ estuvo casi un siglo en activo y su funcionalidad logró integrarse totalmente en la propia ciudad cuyas vías transcurrían por las calles, convirtiéndose en un elemento más para la ciudadanía.
Hoy, 153 años después de su creación, ese mismo tren, ‘La Maquinilla’, ha servido de base para que los empresarios Samuel y José Carlos Romero hayan hecho realidad un proyecto, que verá la luz en apenas unas semanas, y que supone un giro radical al concepto de apartamentos turísticos que existe en Jerez.
‘La Maquinilla’ es pues un edificio situado en la calle Pozo del Olivar 16, y que engloba a 9 apartamentos turísticos. Su particularidad radica en que aquel viejo tren, da sustento a un planteamiento centrado en el mundo del vino pero que supone toda una innovación en el sector.
“Esto es todo un concepto, es una idea que se me ocurrió mientras estudiaba el grado de interiorismo en la Escuela de Arte, en 2020. Tenía que hacer el trabajo fin de grado y habíamos comprado este edificio, que estaba en ruinas. Entonces, pensamos en buscar una idea distinta, y que no existiese en Jerez”, explica José Carlos Romero.
Aquella idea se ha transformado en nueve apartamentos individuales cuya temática principal es el vino, abarcando todo su universo. Así, cada uno de ellos adquiere la denominación según el tipo de sherry, es decir, oloroso, palo cortado, fino, Pedro Ximénez....Su simbología se utiliza para denominar a cada uno de ellos, pero además se ha elegido su patrón de color para el interior de los mismos. “Queríamos que cada apartamento estuviese dedicado a un vino, por eso, por ejemplo, en el del amontillado se utilizan colores, para paredes y mobiliario, acordes con sus matices, y así sucesivamente”, añade Samuel Romero.
Su singularidad no queda ahí, ya que el diseño de los mismos está basado en esta misma temática, gracias a “modelos patentados y exclusivos que hemos diseñado nosotros mismos y que han sido realizados por maestros artesanos, tanto de la madera como del hierro”, comenta José Carlos.
Así, por ponernos en situación, las lámparas de los mismos representan “un sombrero cordobés hecho de forja, el catavino lo hemos hecho mueble para el televisor, la venencia la hemos hecho mesa, las sillas representan a las duelas de las botas y después, el sistema de producción del vino o del almacenaje de andanas va a dar vida a los percheros de los armarios”.
Todo está cuidado al mínimo detalle desde los cristales que conforman las farolas interiores, que emula a los vinos jerezanos, hasta las puertas de madera maciza que dan acceso a cada apartamento, que simbolizan unas botas, y las barandillas de cada planta que recuerdan a la citada Maquinilla.
Desde su planteamiento en 2020, la enmienda no ha sido nada sencilla, “supone mucho desgaste”, apunta Samuel Romero. “Cualquier proyecto tiene un desgaste, pero cuando afrontas uno de esta magnitud, más aún, sobre todo porque a veces hay cosas que no puedes controlar, como el tema de los permisos y tal, y más de una vez hemos estado a punto de tirar la toalla”.
Difícil también era “aplicar lo que inicialmente habíamos plabteado en el diseño. Tú puedes diseñar muy bien, pero si no te buscas a alguien que ejecute el trabajo...Hoy día en el ordenador o en el papel puedes hacer cosas imposibles, pero luego necesitas un buen profesional para llevarlo a cabo y en ese sentido, nosotros hemos tenido la suerte de contar con un equipo de personas increíbles, desde los operarios al artesano del hierro, David Olmedo, o los trabajos de madera hechos por carpintería Tosan”, comenta José Carlos Romero.
“Aquí lo más difícil es encajar la realidad con lo que se diseña”, interviene José Antonio Romero, empresario de la construcción y tercer pilar del proyecto, ya que ha sido el encargado de poner en pie “todo lo que había en los planos”.
La Maquinilla espera alojar a sus primeros huéspedes antes de Semana Santa y el perfil del cliente espera ser “medio-alto”, destaca Samuel. “Tenemos claro que los apartamentos no van a ser a precio de uso, tienen un aliciente y eso supone un precio mayor. Lo importante también es que, de alguna forma, vamos a intentar potenciar la cultura del vino, y eso va a dotar a este edificio de una identidad propia".
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