La precampaña electoral del 26 -J

Un mitin de gorra y botellín

  • Susana Díaz logra arrancar más aplausos que Pedro Sánchez. Protestas sindicales a las puertas de los Museos de la Atalaya.

El calor aprieta. El mitin de Pedro Sánchez y Susana Díaz es al aire libre, en los jardines de La Atalaya. A la entrada, un grupo de voluntarios reparte elementos que serán  muy útiles durante la espera: abanico, gorra y botellín de agua. 

 

Los más madrugadores llegan a las seis y media; nada más abrir las puertas se apresuran para coger los asientos más cercanos al escenario, aunque el Lorenzo aún apriete. Los autobuses procedentes de distintos puntos de la provincia dejan a los asistentes en la calle Lealas, donde son recibidos por varios grupos de manifestantes. Representantes de varios sindicatos protestan contra las medidas de ahorro en los gastos de personal que pretende implantar el gobierno socialista en el Ayuntamiento -"Mamen contradice a Susana Díaz", en referencia al anuncio de la Junta de volver a implantar la jornada de 35 horas semanales cuando en el Ayuntamiento se quiere aplicar la de 37,5 horas-. Al lado, representantes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) reclaman la libertad del jiennense Andrés Bódalo y critican el desalojo de la finca de Somonte en Palma del Río. Iniciado el mitin, y puesto que la Policía les impide acceder a la calle Cervantes y, por ende, acercarse al acceso, los manifestantes optan por irse a la calle Atalaya para tratar de hacerse oír. No obstante, el ruido no consigue interferir en un acto de precampaña que supondrá el más importante que realicen los socialistas en Jerez  de cara al 26-J. 

 

Para una mejor organización y seguridad del evento y, de paso, esquivar a los manifestantes, los protagonistas acceden al complejo museístico por la puerta trasera. La primera en llegar es la alcaldesa, Mamen Sánchez, quien al poco recibe una llamada de Pedro Sánchez anunciándole su inminente llegada. Dicho y hecho. Minutos después llega el candidato con su séquito. Susana Díaz arriba en torno a las siete y media, con su respectivo equipo. Tras unos minutos, ambos inician el paseíllo. Pedro y Susana, Susana y Pedro, se llevan los mismos besos, los mismos abrazos... En la entrevista concedida a este periódico, el candidato señala que en el PSOE "el liderazgo es compartido"; también lo son los halagos. Si hay diferencias, que las hay, ya habrá tiempo de dirimirlas porque ahora, lo más importante, es movilizar al electorado frente a PP y Podemos, sobre todo tras un 'domingo horribilis' con encuestas que sitúan al PSOE como tercera fuerza.

 

Mamen Sánchez inaugura las intervenciones. Los gurús de la comunicación política desdeñaron hace tiempo los atriles; los políticos ya se dirigen al respetable a puerta gayola y con micrófonos de diadema agarrado a la oreja. Le siguen en su intervención Miriam Alconchel e Irene García que no se alargan en exceso. Los protagonistas son los que deben enrollarse y, sobre todo, el candidato, que tiene que hablar antes del Telediario. 

 

Susana Díaz vuelve a demostrar que no hay quien le tosa de Despeñaperros hasta el Estrecho; sus afirmaciones son seguidas de ovaciones cerradas. Presenta a Pedro Sánchez, "su candidato". Algún "guapo" surge del público femenino cuando comienza a intervenir el madrileño. Sánchez no arranca tantos aplausos como la presidenta pero el objetivo a corto plazo no es otro que evitar el temido 'sorpasso'.  

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