El nuevo enemigo de la hostelería
Consumo
Los propietarios de bares, restaurantes y locales de copas alertan de las pérdidas que tendrán por la entrada en vigor en 2010 de la nueva ley anti-tabaco · Horeca pide al Gobierno "que lo reconsidere"
La respuesta no ha tardado en llegar. Tras anunciar la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que en 2010 se prohibirá fumar en todos los restaurantes, bares y lugares de ocio, el sector de la hostelería ha lanzado un grito en contra de una medida que consideran "totalmente negativa" para sus intereses. Así lo afirma el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería (Horeca), Antonio de María Ceballos, que apunta que el endurecimiento de la Ley del Tabaco, cuyo borrador está en proceso, "nos coge a traición" ya que "no es el mejor momento para esta iniciativa", puesto que esto puede provocar "una destrucción de trabajo masivo". Para el presidente de Horeca, la anterior ley que aún esta vigente -la que exige que en los locales de más de 100 metros se habilite una zona para no fumadores-, "se cumple perfectamente", ya que, además, "el 64% de los locales hosteleros es zona libre de humos" y, por otra parte, "muchos ya tuvieron que invertir mucho dinero para adaptarse a la actual normativa".
Ceballos considera que los mayores perjudicados serán los bares pequeños ya que "estos son lugares en los que la gente está 15 ó 20 minutos, no como en los restaurantes. Si se le prohibe fumar al cliente, directamente habrá muchos que ni siquiera entren a consumir". Por todo ello, pide al Gobierno "que lo reconsidere. Esto no es una obligación que tienen, sino una recomendación por parte de Bruselas".
Si se da una vuelta por algunos de los bares y restaurantes del centro, la opinión es prácticamente generalizada entre propietarios, camareros y clientes.
En la Porvera, en 'La Cepa de Oro', la mayoría de los clientes que hay sobre la 1 y media de la tarde tomando una tapa son fumadores. "Aquí casi todo el mundo que viene, fuma", ratifica María José Cosano, copropietaria del establecimiento. Manolo, uno de los clientes, apunta, cigarro en mano, que "el gobierno como siga así nos va a quitar de todo. Esto más que una democracia parece cada vez más una dictadura". Del mismo parecer es Julio que, a pesar de que afirma que ya dejó de fumar -por lo que la ley no le afecta como cliente- señala que "me parece un abuso tremendo. El gobierno tiene derecho a hacer una ley como la actual, en la que se obliga a los restaurantes a separar a los fumadores de los no fumadores, pero no parece lógico que directamente se prohiba fumar a todo el mundo".
En el restaurante 'Gaitán', su propietario, Pepe Román, lamenta que con esta ley "van a quitar a la gente de salir a la calle". Aunque en su restaurante no se realizaron obras de acondicionamiento cuando entró en vigor la ley actual, comenta que "en su momento tuvimos problemas porque había gente que quería fumar y otros a los que le molestaba. Ahora, cuando haya un cliente que encienda un cigarro tendremos que ver cómo solucionamos el tema".
A pocos metros de ahí, en la cafetería 'Porvera', hace ya cerca de dos años que no permiten fumar . Así y todo, Jaime, camarero del local, señala que aún sigue habiendo clientes que fuman dentro. "No hemos tenido problemas hasta ahora, porque como el bar es amplio, el humo no molesta tanto. Además no está la cosa como para decirle a los clientes que apaguen sus cigarros. De todas maneras, el año que viene veremos qué pasa".
Otro de los lugares típicos y más concurridos es la plaza Rafael Rivero. En "La Antigua Abacería", Diego del Valle pronostica que esta nueva ley "será una ruina, nos van a dar la puntilla. Yo soy fumador y entiendo las molestias que ocasiona esto para los clientes, porque aunque en la terraza que tenemos la gente puede seguir fumando, ¿qué pasará cuando llueva o haga mucho frío como hoy (por ayer)? La ley tendría que seguir como está ahora: bares para fumadores y para no fumadores, y que la gente elija dónde entrar, porque encima dime qué hago yo cuando haya alguien que le dé por encender un cigarro. ¿Le digo que lo apague? Porque si me dice que si lo apaga, se va, me tendré que joder. Yo prefiero que se me vaya un cliente a que se me vayan siete".
En este local nos encontramos a dos clientes, José Luis y Luis. El primero dejó el tabaco y considera "magnifico" esta futura prohibición porque "me molesta que haya gente que me esté echando el humo cuando estoy comiendo. Bastante me ha costado dejar de fumar para que encima siga tragándome el humo de los demás". El segundo, fumador, considera que "el gobierno ya nos controla todo. Vamos a tener que acabar escondiéndonos en los servicios para fumarnos un cigarro".
Desde las discotecas también tienen mucho que decir al respecto, ya que es en estos lugares donde la gente fuma con más asiduidad. Rafael Candón es gerente de 'La Lola' y duda que en los locales de copas "se pueda controlar a rajatabla, porque en la noche, la copa y el tabaco está muy asociado". Así y todo, sabe que "la ley se va a tener que cumplir", por lo que piensan que "quizás tengamos que tener a personal controlando a los clientes".
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