Un oficio ancestral

profesiones del marco

La demanda de barriles en la ciudad ha disminuido desde que el vino de Jerez se exporta embotellado

La profesión era "mucho más dura" antes de la llegada de la maquinaria

Barril durante el proceso de batidero, con el fin de dar forma a la madera. / Vanesa Lobo
Manuel J. Mesa

JEREZ, 26 de agosto 2018 - 01:38

Durante más de 2.000 años, los barriles sirvieron como envase a numerosos productos líquidos, como la cerveza, el vino y el agua, y también para almacenar productos sólidos: granos o salazones. El tiempo ha pasado y con ello las costumbres y las formas de almacenaje de los productos. En la actualidad, los barriles sirven fundamentalmente como envase para vinos y bebidas espirituosas. Y a esta demanda actual responden Ventura Núñez y Antonio Puerto, propietarios de la empresa jerezana de tonelería Vasyma. Ventura, que fundó la empresa con el padre de Antonio, José Puerto, en el año 1987, se dedicaba al mundo de las bodegas desde mucho antes. "Un día como otro cualquiera comenzamos a exportar botas usadas de vino de Jerez, que entonces eran las que se demandaban", cuenta Ventura Núñez. Ellos mismos las reparaban y las vendían directamente a países como Japón o Escocia. Llegó un momento en el que una de las empresas Escocesas fabricantes de whisky le 'exigió' a estos dos jerezanos toneles nuevos y la creación de un taller de tonelería para abastecer su demanda.

Vasyma, para la fabricación de sus toneles, trabaja únicamente con madera de roble blanco americano, importado directamente desde Ohio y Missouri. Un proveedor que lleva abasteciendo a esta empresa desde sus inicios. Antes de salir de Estados Unidos, la madera ya comienza el proceso para convertirse en un barril. El árbol es talado y la madera se deja secar durante dos o tres meses, con el fin de que pierda humedad y baje su peso. "Si este proceso no se hiciera así, no podríamos traer tanta cantidad de madera, ya que tiene un peso bastante elevado cuando se corta", explica Ventura. El roble recala en Jerez con una humedad del 30%, por lo que esta empresa realiza un nuevo proceso de secado para conseguir que la humedad de la madera quede a un 15% de media. Una fase que tiene una duración de hasta un año. Transcurrido este largo tiempo, la madera está lista para ser procesada.

La empresa tonelera Vasyma fabrica alrededor de 14.000 barriles anualmente

Únicamente hay que acercarse al taller, situado en Parque Empresarial, para comprobar que está lleno de vida y movimiento. Más de 30 trabajadores, cada uno con su cometido, trabajan durante la mañana en la fabricación de toneles de dos tamaños: 500 y 250 litros. Todos los toneleros utilizan material de protección para aminorar el ruido proveniente de las máquinas en plena producción. Las primeras máquinas comienzan el proceso tratando la madera, concretamente las duelas. Éstas son cortadas de forma que ensamblen a la perfección. El siguiente paso consiste en comenzar a colocar todas las duelas y los primeros flejes -aros de acero que rodean la bota- para posteriormente apilarlos debajo de aspersores de agua. Habiendo adquirido la humedad precisa, varios trabajadores trasladan estos barriles hacia el proceso de batidero. Esta es una de las partes más impactantes del proceso. Las botas son colocadas en hogueras para poder moldearlas definitivamente. Si un día como hoy puede hacer 35 grados en la calle al mediodía, la temperatura dentro de esta zona se multiplica. Uno de sus trabajadores dice que "es duro soportar estas temperaturas en verano, pero al final te acabas acostumbrado, como todo". Una vez enfriadas, se colocan las tapas -fondos- de estos barriles y se concluye la colocación de flejes. Posteriormente, estos pasan por un proceso de pulido y etiquetado de los toneles. El camión ya se encuentra en la puerta a la espera de llevarse una de las tiradas de barriles recién fabricados. Por supuesto, antes de enviarlos, los toneleros comprueban que estos barriles estén bien sellados, introduciendo en ellos agua y aire a presión.

Muy pocas personas en la ciudad conocen el oficio, por lo que esta empresa, cuando necesita algún trabajador, oferta contratos de formación para que puedan conocer este milenario trabajo. Un oficio que, según José Luis Jiménez, encargado del taller donde se fabrican los toneles de esta empresa, "ha cambiado mucho con el paso del tiempo". El resultado parece ser el mismo o mejor, pero el proceso se ha aligerado con la llegada de maquinaria y nuevas tecnologías. "Antes era muchísimo más duro. Todo se hacía a mano. Ahora, el porcentaje del trabajo que se realiza a mano es mínimo", explica Jiménez, un tonelero de más de 30 años de experiencia profesional. Gracias a esta mayor eficiencia, la tonelería consigue fabricar de media alrededor de 14.000 barriles anuales.

La empresa cuenta con 47 trabajadores actualmente y sus propietarios afirman que "no hemos notado ningún bajón en tiempos de crisis. Esta tonelería exporta el 97% de sus barriles al extranjero". A pesar de que la conocida marca escocesa de whisky Macallan sea el principal cliente de la empresa, Antonio Puerto señala que la bodega jerezana González Byass "puede ser perfectamente nuestro segundo mejor cliente. Es una bodega con la que tenemos muy buena relación y que nos hace pedidos anuales".

Cuenta Ventura Núñez que antiguamente "todas las bodegas tenían su propio taller de tonelería. Eso se ha ido perdiendo porque las bodegas cada vez han necesitado menos barriles". Antiguamente se exportaba el vino de Jerez en botas, por lo que la demanda era altísima. Hubo un momento en el que el Consejo Regulador decidió que se exportara en tanques de acero inoxidable. Actualmente, el vino de Jerez se exporta embotellado. "Por este motivo, la compra de botas ha ido mermando en las bodegas jerezanas, porque ya no necesitan tantas como antes". En bodegas pequeñas, cuenta Núñez, "procuran comprar botas usadas a otras bodegas para sus vinos, manzanilla o fino".

De esta forma, y a pesar de que bodegas como Osborne y González Byass siguen siendo buenos clientes para los toneleros, la mayor demanda proviene de las empresas extranjeras. Para la fabricación de estas bebidas alcohólicas, se demandan botas nuevas, pero con un proceso previo de envinado. Esto consiste en almacenar una cantidad de oloroso en la bota durante uno o dos años para que posteriormente se impregne en el whisky y consiga el sabor deseado. Vasyma ha sabido crecer también en este sentido y ha creado una bodega. Ventura Núñez y Antonio Puerto continúan incansables para mejorar constantemente. "Somos una empresa pequeña, pero con muchos frentes abiertos", explican los dos empresarios de este oficio ancestral.

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