Las pedanías y barriadas rurales están ahora "un poco más abandonadas"
Huelga de linesur
Los usuarios critican las largas esperas en las marquesinas ya que el autobús sólo pasa dos veces por la mañana · Denuncian las deficiencias de la zona rural y piden que el conflicto se solucione "rápido y bien" para todas las partes
Algunos aún desconocían que su transporte se había quedado en el garaje. Los vecinos de las pedanías y barriadas rurales sufren estos días la huelga de los autobuses de Linesur, empresa que da servicio a la zona rural y que ha dejado esperando en las paradas a muchos usuarios. Las Pachecas, La Ina, Lomopardo, La Barca, Cuartillos, Torrecera y La Corta son algunos de los puntos del 'mapa' de Linesur que se han quedado aislados sin autobuses.
El mal tiempo propició que muchos vecinos decidieran ayer no salir de casa, evitando que en las paradas de las pedanías y barriadas se concentraran los usuarios. Sin embargo, el malestar por la falta de servicio se trasladó sobre todo a la plaza de las Angustias (parada central de Linesur), donde los vecinos esperaban con indignación que los servicios mínimos aparecieran por la marquesina del centro. "Con la huelga al final los mayores perjudicados somos los usuarios, fíjate, sólo pasan dos veces por la mañana ¿esto es un buen transporte? Seguro que la alcaldesa no tiene problemas, no va con los mandados andando a su casa, sino que la esperan con su coche privado", declaró Matilde Gambín, vecina de La Corta. La usuaria criticó las deficiencias de las barriadas rurales y señaló que "no nos escuchan para nada, a ver qué hemos hecho nosotros para que nos traten así. Pagamos los impuestos como todos los jerezanos pero no tenemos los mismos derechos. Ahora, que Pilar Sánchez no venga para pedir los votos, porque si esto no es tercermundista, que venga Dios y lo vea. Estamos dejados por completo, estoy indignada".
Los demás usuarios que esperaban bajo la lluvia al autobús asintieron ante las declaraciones de Matilde. "La huelga fatal hija, desde las ocho y media de la mañana estoy en Jerez y llevo esperando más de hora y media a que venga el autobús para irme a mi casa y preparar la comida, aunque con estos retrasos ya no te da tiempo de nada", apuntó Antonia Gómez, vecina de La Ina. Por sorpresa le cogió la huelga a María Teresa Ruiz, de Cuartillo. A las doce del mediodía esperaba ayer sentada en un banco de Las Angustias a que el autobús la llevara de vuelta a casa. Si hubiera conocido que los conductores estaban en huelga no se habría levantado a primera hora para hacer las compras en la plaza de abastos, porque "dependo del autobús, es mi medio de transporte diario. Llevo aquí desde las once de la mañana creyendo que saldría a la media hora, pero me he encontrado con esta sorpresita", declaró.
Más mentalizada y con las bolsas en el suelo estaba María Morón, de Lomopardo. "Claro que me afecta la huelga, vengo muchas veces a Jerez", señaló la afectada, quien a pesar de las molestias por los retrasos reconoció que "ésta es la única forma que tienen estos trabajadores para reivindicar lo suyo. Tendrán que ponerse en huelga las criaturas si no cobran, ¿no?". También de esta barriada es Ana López, usuaria de Linesur que criticó que "el no tener transporte empeora muchísimo la imagen de Lomopardo. Espero que esto se arregle pronto para que no llegue Feria y nos encontremos con el mismo problema".
La imagen en las barriadas rurales era desoladora. Muchos vecinos ni se sorprendían que el servicio de autobuses no funcionara con normalidad, parecía que estaban acostumbrados a que algo fallara. "Mi mujer tuvo que venir el lunes y le pidió a mi nieto que hiciera el favor de traerla, pero eso a mí no me gusta", señaló Juan Arcas, de La Ina. Camionero desde los 14 años, el autobús son ahora sus 'pies' ya que no puede coger su vehículo por pérdida de visión. "Sé que las huelgas son precisas para mejorar las cosas, pero el autobús no debería faltar", apuntó. Juan se encontraba en el bar de Francisco Márquez, justo detrás de la parada de autobús de esta barriada rural. "Fíjese, a veces hasta barro yo la parada. Algo que por cierto, no me molesta", comentó el empresario entre café y café. "A ver si se arregla todo rápido y bien, porque no se entiende que con los avances que hay hoy día tengamos problemas en el servicio público de autobuses", declaró Márquez.
Juan Cazorla paseaba con su nieto Álvaro alrededor de la parada en Las Pachecas. Junto a su mujer tiene que venir casi diariamente a Jerez para temas médicos y las compras, por lo que la protesta de la plantilla "me está afectando mucho, esto está un poco más abandonado con la huelga".
En Los Albarizones a media mañana la marquesina estaba vacía, "pero esta mañana había tres mujeres mayores esperando que viendo que no venía el autobús se han ido andando a Jerez", apuntó Miguel Ángel Rodríguez, quien además reconoció que "los vecinos estamos muy cabreados, porque el transporte no es nuestro único problema. También cortan la luz de vez en cuando en la barriada y hay muchas deficiencias en comparación con la ciudad". Juan José Rosa resaltó tras la declaración de Miguel que "si seguimos con tantas huelgas y problemas, Los Albarizones se quedará totalmente aislada, sobre todo para las personas mayores, los que menos culpa tienen".
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