El primer centro privado que apostó por la FP en sus aulas

El colegio salesiano (congregación religiosa fundada por San Juan Bosco) Manuel Lora Tamayo, que abrió sus puertas en 1965, fue uno de los primeros centros docentes privados en Jerez (si no el primero) que apostó por incluir la Formación Profesional entre sus enseñanzas, concretamente 425 obreros que comenzaron ese año a estudiar lo que entonces se llamaba 'Maestría Industrial' "y desde entonces -explica el director Antonio Fernández, más de 20.000 estudiantes han pasado por nuestras aulas". Su filosofía tiene premisas como "una educación integral: moral, intelectual y civil, el educador debe hacerse amar si quiere hacerse temer y debe ganarse el corazón de los alumnos, a ser posible, que no se castigue nunca y si se hace, que el castigo sea razonado".

El director explica orgulloso que "con nuestra bolsa de trabajo, el 90% de los alumnos acaba empleado por las prácticas que se hacen en las empresas, especialmente los de ciclos formativos y los resultados de Bachillerato también son muy importantes, con casi un 100% de aprobados en el examen de Selectividad".

Como escuela privada sostenida parcialmente con fondos públicos, el director se queja de que "sufrimos la falta de una adecuada cobertura económica y especiales dificultades para colocarnos a la vanguardia tecnológica, aunque trabajamos a diario para ofrecer un servicio educativo de calidad que favorezca el desarrollo personal y profesional de nuestros alumnos y responda a la demanda del mercado y exigencias de las empresas del marco".

Entre la oferta extraescolar e encuentra el centro juvenil 'Futuro Abierto', "con actividades los viernes por la tarde, fiestas excursiones, maratones de futbito, campamentos de verano...), catequesis, los Hogares de Don Bosco, la Adoración Nocturna, el Club Deportivo 'Don Bosco' y la Hermandad de La Redención.

En cuanto a los alumnos, el director dice que son "mayoritariamente de familias humildes y sencillas. Los de Infantil y Primaria son de clase muy popular porque vienen de los barrios aledaños a la avenida de San Juan Bosco. En Bachillerato ya provienen de Montealto y El Beaterio, que son centros concertados y suelen ser familias de clase media y los de ciclos formativos pueden venir hasta de otras localidades como Rota, Lebrija, Trebujena... Son chavales que quieren una profesión más que una carrera".

Lo que sí reconoce es la necesidad de "abrir más el centro a la ciudad, porque ha habido un momento de parón en ese sentido y también tienen que ser mejores las relaciones de los salesianos con las empresas. Las de trabajo van bien, pero luego no hay vínculos con la escuela y también queremos una apertura al barrio diaria, porque la de ahora es solamente de fines de semana".

Las instalaciones de que disponen son muy amplias, "quizás se encuentren entre las más amplias de Jerez, porque la parcela es enorme". Concretamente tienen, entre otras infraestructuras, un auditorio circular de 130 localidades, un aula magna de 98 localidades, aulas de sesenta metros cuadrados, biblioteca, el campo de Fútbol 'Don Bosco', una capilla de cuarenta localidades, gimnasio, laboratorios, pistas deportivas, salas de reuniones, el Santuario María Auxiliadora, cafetería, los talleres, un teatro para adultos de 320 localidades y otro para niños de 160.

Antonio Fernández llegó al centro el pasado mes de septiembre. Es psicólogo clínico y ha trabajado en el mundo de la universidad y la docencia. Asegura que le encanta "la gestión del centro, la búsqueda de recursos, atender a los recursos humanos y encontrar todo lo necesario para el bien de los jóvenes, lo que no esta reñido con la docencia, que también es muy necesaria para conocer el mundo juvenil más de cerca, no dejar nunca a los muchachos". Aunque el colegio tiene Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato, el director resalta que "aquí la formación profesional es lo mas importante y por ello hay que cuidar el mundo de las empresas y nuestra relación con ellas para la inserción laboral de nuestros jóvenes. Es importante proyectar nuestro centro en esta nueva linea de inserción en la empresa como una más. Lo que pasa es que, con valores como la educación, el mundo empresarial no trabaja". También reconoce que "los padres en el centro no tienen mucha implicación y tenemos que lograr a través del Ampa y de la figura de los padres delegados de aula que estos aporten mas a la educación y al enriquecimiento del centro".