Los primeros indicios de la costalería jerezana se remontan al siglo XVI

La hermandad del Rosario de Capataces y Costaleros acogió ayer la presentación de un nuevo libro de temática cofrade de Antonio de la Rosa. Es el séptimo que firma y este es una continuación del que escribió en 2001, 'La Chicotá'. Entonces, la investigación se orientó hacia los hermanos costaleros. En el presentado ayer, titulado 'Los antiguos capataces y costaleros de la Semana Santa de Jerez. Historia gráfica y documentada', ya entra en los precedentes de la costalería en la ciudad. El libro ha sido maquetado por Miguel Ángel Castaño, que ha usado para la portada un documento con el listado de la cuadrilla del paso de la Piedad en 1797 y sobre el citado documento, va una fotografía de 1967 en la iglesia de los Remedios con Monseñor Cirarda con los históricos capataces jerezanos: Pepe Domínguez, Paco Sacrificio, Papi, Juan Gorrión, Sacrificio Martínez, Pepe Olmedo, Francisco Letrán Rizo, Antonio Romero Carnicero o un joven Diego Gorrión, entre otros. En la contraportada aparece Madre de Dios del Rosario, Patrona de Capataces y Costaleros.

La publicación pone el foco en el origen de la costalería en cuatro capítulos. El primero comprende desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, recogiendo lo que entonces era este oficio y sus orígenes, como un documento datado en 1586 en el que los clérigos que portaban las custodia en la procesión del Corpus se quejaron por el peso de la misma y solicitaban que otros, asalariados, la portaran. En ese periodo de tiempo empieza una cierta evolución en la imaginería procesional que pasa a ser más envergadura y por consiguiente, los pesos influyen en la aparición de unos costaleros pagados para llevarlas y un capataz que los dirija. El capítulo segundo se centra en el siglo XIX, cuando empieza la evolución de los pasos. Además, De la Rosa, en su investigación, destaca la presencia de mayor documentación y la aparición de la fotografía.

El capítulo tercero es para el siglo XX con cuatro dinastías que sobresalían entonces y el último capítulo está dedicado a la presencia e influencia de capataces sevillanos en la Semana Santa de Jerez. Con abundante documentación, De la Rosa expone el trabajo hecho en Jerez por reconocidos capataces sevillanos, casi míticos, como Ariza, Franco y Borrero. Este interesante libro contiene 154 fotos y reproducciones de documentos, entre ellos, algunos anecdóticos como alguna providencia del Consejo de Castilla, con un apartado dedicado a los costaleros, y otras curiosidades.