Los 'señores' del jerez
El renacimiento de un histórico apellido bodeguero Álvaro Domecq rescata la tradición familiar vinatera
La historia moderna de los vinos de Jerez se escribe con los apellidos de las grandes familias bodegueras jerezanas, entre las que destacan los Domecq -derivación del término latino dominium que significa señor-, dinastía que tiene su origen en el sur de Francia.
Nada queda de los descendientes del primero de los Domecq -Pedro Domecq Lambeye- en las antiguas bodegas que llevan su nombre desde que a principios del siglo XIX se hizo cargo del negocio fundado en 1730 por un tío abuelo suyo de origen irlandés. Pero algunos miembros de la histórica familia vinatera, encabezados por Álvaro Domecq Romero, Alvarito (Jerez 1940), decidieron retomar el negocio del vino tras desvincularse de Pedro Domecq, adquirida primero por Allied Lyons y hoy día propiedad de la americana Beam, aunque en proceso de venta a la japonesa Suntory.
La nueva bodega de 'los señores del vino' -por el origen del apellido y la actividad desarrollada por la familia-, a la que da nombre su principal promotor y presidente, Álvaro Domecq, fue creada en el año 1998 sobre la base de los cascos bodegueros y las afamadas soleras de la almacenista Pilar Aranda. Y el lema por el que se guía esta firma bodeguera lo dice todo: 'Volver a nacer'.
En ausencia de Alvarito, junto al que permanece como socio fundador y consejero delegado de la compañía Huberto Domecq Ybarra, el gerente de la firma José Manuel Anelo nos atiende en la visita a las instalaciones de la nueva casa de los Domecq, cuya construcción data de la primera mitad del siglo XVIII.
El ex rejoneador y fundador de la Real Escuela, apasionado de los caballos, los toros y los vinos de Jerez, se embarcó en esta aventura empresarial en contra de la opinión de familiares y allegados, que incluso lo tacharon de loco nostálgico. Pero los resultados positivos no tardaron en llegar y si a los pocos años de retomar el negocio del vino celebraron con gran júbilo que se alcanzaran la venta de mil cajas anuales, hoy ya son 15.000 las cajas vendidas.
La filosofía de la empresa es la mínima producción con la máxima calidad a través de marcas creadas de cero, tanto en la gama estándar -fino La Janda, oloroso Alburejo, Cream Aranda y manzanilla La Jaca- como en la premium, integrada por vinos de más de veinte y treinta años de vejez certificada -amontillado, oloroso, palo cortado, Pedro Ximénez y vinagre-, y comercializada bajo la enseña '1730', que hace honor a la fecha de fundación de las antiguas bodegas Pedro Domecq. Esa filosofía se extiende a los brandies, el reserva Veragua y el gran reserva Duque de Veragua, título que ostenta Cristóbal Colón de Carvajal, descendiente del conquistador, y cuyo uso tiene cedido a la familia de la que es amigo y socio.
La bodega fue construida en la loma sur de Jerez, lugar favorable para la crianza del vino fino por la intensidad de los vientos de poniente que aportan la humedad y temperatura necesarias para la crianza biológica bajo velo de flor, explica Anelo.
Rematada por tejados a dos aguas y cubiertas muy altas, la bodega tiene la singularidad, que la hace única en Jerez, de estar construida en tres niveles -bajo, medio y alto- para favorecer la circulación del aire en los cinco cascos bodegueros que la forman y que se extienden por 2.500 metros.
El proceso de elaboración de los vinos es completamente artesanal y del mismo se encarga la enóloga Ana Real, que realiza un seguimiento permanente y minucioso, lo que le ha permitido descubrir unas botas excepcionales del oloroso 'Alburejo', de las que este año saldrá una edición limitada de este vino en versión VORS.
En el interior de la bodega, los vinos, vinagres y brandies se crían en 1.500 botas de las que se realizan las distintas sacas, la mayoría destinadas a los mercados exteriores, que representan el 60% del volumen de ventas. Álvaro Domecq S.L. abarca prácticamente toda Europa y tiene fuerte presencia en Latinoamérica por los contactos de Álvaro Domecq de su etapa como rejoneador y por el buen nombre que mantiene la familia de la época dorada de Domecq México.
En total, la bodega tiene presencia en más de 25 países y, dentro del mercado nacional, destacan Andalucía y Madrid. Fuera y dentro de España, su mercado se sitúa en el segmento alto, generalmente a través del canal gourmet.
Entre las novedades de este año, Anelo alude a la recuperación del amontillado y el palo cortado de la gama VORS ('1730'), que se dejaron de hacer hace algunos años, pero que han vuelto al portfolio de la firma por su creciente demanda. La bodega también tiene en proyecto lanzar un Pedro Ximénez de ocho años de vejez y el ya mencionado nuevo oloroso VORS bajo la marca 'Alburejo'.
La Ciudad Europea del Vino está siendo un estímulo turístico para las bodegas, que han visto incrementadas las visitas este año por el flujo de turistas en viajes organizados por agencias de todo el país, que este año han convertido la ciudad en destino enoturístico prioritario. En respuesta a este incremento, Álvaro Domecq organiza jornadas gratuitas de puertas abiertas en fechas señaladas, actividad a la que se unen las catas en restaurantes y tiendas de toda Andalucía y las catas comentadas en la propia bodega.
La nueva casa de los Domecq tiene su propio circuito enoturístico, con atención personalizada a los visitantes en un recorrido completo por la bodega, saca de vinos de la bota para su cata y degustación posterior con tapas. La bodega también dispone de tienda propia en sus instalaciones para la venta de sus vinos y los de Avante Selecta, grupo al que Álvaro Domecq se asoció en 2007 y que reúne a diez bodegas de las principales denominaciones de origen españolas.
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