Tierra de nadie
Alberto Nuñez Seoane
Lo complicado de lo sencillo
El riesgo más alto de inundación en la provincia de Cádiz se da en la desembocadura del Guadalete, lo que afecta de lleno a Jerez de la Frontera. Comprobando el mapa de Zonas Inundables desarrollado desde el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), dos de los escenarios de mayor riesgo (dentro de la definición de Zonas Inundables de alta probabilidad, es decir, con un periodo de retorno de diez años) fueron los que protagonizaron órdenes de desalojo durante la semana pasada a consecuencia de la DANA: la franja de Jerez y las zonas bajas y cercanas al río en Barbate.
En efecto, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico marca como zona de alta probabilidad de inundación fluvial la última mitad del tramo del Guadalete, desde el sur de Arcos hasta su desembocadura, lo que afecta directamente a Jerez, sobre todo la zona de La Ina, El Torno, Las Pachecas y Lomopardo.
El río Guadalete, de 157 km de longitud, recibe diversos afluentes a lo largo de su recorrido, entre los que destacan el río Guadalporcún, el río Majaceite y el arroyo Salado. El Guadalete se halla regulado por los embalses de Zahara (en cabecera), Bornos y Arcos.
La vega del Guadalete, comprendida entre el límite oriental del municipio y aguas abajo de San Isidro, se presenta como la más vulnerable. Su acuífero aluvial, el cauce y las riberas del río conforman los elementos más sensibles y degradables en caso de eventualidad (sequía o inundación).
Las inundaciones fluviales, con capacidad catastrófica y amplia repercusión territorial, se han dado principalmente por la abundancia de terrenos bajos y anegadizos en el marco de la campiña jerezana. Durante las inundaciones, la red viaria y caminera del municipio queda bastante afectada, siendo múltiples los puntos de desbordamiento y aterramiento de las rasantes viarias, así como algunos cortes temporales en las carreteras de conexión entre las riberas del río Guadalete.
Las avenidas fluviales son el resultado del mecanismo resultante de la conjunción de las lluvias torrenciales, el estado de la mar, la escasa pendiente de una red hídrica que en sus tramos bajos presenta un trazado muy sinuoso. En este contexto, dentro de las zonas inundables definidas, la peligrosidad derivada de las crecidas extraordinarias y los daños potenciales sobre bienes y personas se concentran fundamentalmente en los siguientes terrenos:
Río Guadalete
Arroyo Salado
Arroyo del Rano (afluente del arroyo Salado)
Cuenca Norte de Jerez
Arroyo Morales – Laguna de Torrox
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