Un viaje hacia el Universo Santi
Manel Vaqué y su compañera Gao Yishuang recorren 1.700 kilómetros en bicicleta para conocer de primera mano el futuro restaurante en la finca El Altillo
¿Puede ocurrir? ¿Puede un empresario de éxito dejarlo todo y cambiar su vida de forma radical? ¿Dejar a un lado las agendas, las reuniones, las cenas de gala, los coches de alta gama, los trajes de marca para, en su lugar, colgarse una mochila y ver mundo sobre una bicicleta? Ocurre.
La vida de Manel Vaqué dio un vuelco hace ahora diez años. Al hijo del fundador de la firma estilográfica Inoxcrom y presidente de Compañía Española de Viviendas en Alquiler (Cevasa) -compañía cotizada en Bolsa- un día lo dejó todo, "se me cruzó el cable. Siempre fui un empresario rarillo". El nombre de su familia está ligado a una de las mayores fortunas del país, pero ayer se sentó frente a mí en camisa de mangas cortas y con vaqueros para conversar. Pero no de economía, índices de mercado o sector inmobiliario; sino de sus viajes en bicicleta, en los que siempre tiene al lado a su compañera Gao Yishuang.
"Dejarlo todo ha tenido sus ventajas y sus inconvenientes. Ahora, diez años después, ya casi no recibo regalos de empresarios en casa por Navidad -ríe- y muchas de las personas que me llamaban, ya incluso ni me saludan por la calle. Por otro lado, tengo a unos pocos que sí, que aunque no sea ya un empresario con poder están ahí. Creo que son momentos y oportunidades que te da la vida que hay que saber cogerlas", relata Vaqué. Entre ese grupo está el escritor de viajes Javier Reverte, uno de los que "me ha enseñado a viajar de verdad". Desde entonces ha estado en los lugares "más raros" del mundo, son los que le gustan, y la casualidad, el destino o esa oportunidad que no dejó escapar hace diez años, le llevó a conocer a Gao Yishuang en una de sus estancias por China.
"Desde que la conocí mi vida ha estado ligada a la bicicleta, mi afición es por ella, ¿de dónde te viene a ti?, pregunta Manel a Gao. "Por casualidad. Un día, hace muchos años, conocí que había una ruta entre un pueblo al Tibet, unos 3.000 kilómetros, con paisajes muy guays. Quise hacerla y empecé a montar en bicicleta y ya no la he soltado. La tenemos pendiente ¿verdad?", responde Yishuang. La compañera de Manel comenzó a hablar español tras ver un partido de España-Irlanda en la Copa Mundial de Fútbol de 2002: "Me enamoré de este país. Yo no sabía nada de español, sólo 'toro' y empecé a estudiarlo".
"Ella es la que me ha transmitido la pasión por la bicicleta. Antes creía que era una cosa de tonto subir a una montaña un sábado por la mañana, pero ahora he descubierto un deporte apasionante", continúa Vaqué. Llevan ya tres años sobre dos ruedas viajando por el mundo -Suiza, China, Siberia, han pasado por Kazajistán...- y en lo que va de 2015 suman en sus mochilas 8.000 kilómetros recorriendo España.
Entre ellos, están ya los 1.700 que acaban de realizar entre San Celoni (municipio de la provincia de Barcelona en el que viven) hasta Jerez. Pero, ¿qué le ha traído a la ciudad? La respuesta: el Universo Santi, el restaurante que va tomando forma en El Altillo y con el que se quiere formar y emplear a personas con discapacidad en ocupaciones relacionadas con la alta cocina.
"He venido para rendirle un homenaje a Santi -Santi Santamaría, una de las más notables figuras de la gastronomía española-, puesto que además de buen amigo fue una gran persona. Además, quiero dar mi total apoyo al proyecto que se está levantando en Jerez que es encomiable y digno de mérito", reconoce Vaqué.
Este viajero (definición más fiel que empresario) compartía amistad con Santamaría gracias a otros amigos en común como Josep Santacreu, de DKV, una entidad patrona de la Fundación Universo Accesible. "Josep es otra de las personas con tanta voluntad y energía que te arrastra, como Antonio Vila y Jesús Rodríguez de la Calle. Así que llego para aportar algo que tengo muy personal de Santi, porque en cuanto supe del restaurante quise colaborar en él", cuenta Vaqué. Ya vienen de camino desde San Celoni unas piezas únicas, unos presentadores que realizó el chef junto a un artista argentino. Un granito más para un gran Universo de integración, del que, como reconoce Manel, "siempre estaré unido".
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