Viñedo del Marco de Jerez

Los "hijos de la albariza" dicen "basta"

Marcha de la Plataforma Paisaje y Viñedos de Jerez contra el parque eólico El Barroso. / Miguel Ángel González

La marcha inicia su recorrido por un camino de servicio de dominio público convertido en autopista rural para el paso de los camiones y la maquinaria que trabajan en la construcción del parque eólico El Barroso, en lo más sagrado del viñedo histórico de Jerez.

El Cerro Pelado, entre los pagos de Macharnudo y Añina, hace tristemente honor a su nombre porque Capital Energy, empresa promotora de este proyecto de energías renovables, ha dejado pelado este hito paisajístico especialmente protegido, hasta no hace mucho poblado de cepas que han sido arrancadas para sustituirlas por los accesos a la zona en la que se levantarán los gigantes aerogeneradores, “castillos de viento” de 200 metros de altura.

¿Cómo es posible que hayan comenzado las obras del parque eólico cuando aún no se han resuelto todas las autorizaciones administrativas”. Muchos de los afectados por el proyecto y defensores del viñedo del Marco se hacen esta pregunta según suben a pie hacia Cerro Pelado en la marcha convocada este sábado por la Asociación Paisajes y Viñedos del Marco de Jerez, movilización que ha congregado a unas 200 personas sensibilizadas con el valor paisajístico, medioambiental, social, cultural y económico del patrimonio vitícola jerezano.

‘Renovables sí, pero no así’. En la pancarta de la cabecera de la marcha puede leerse el lema de la convocatoria, que se acompaña del hashtag #SOSMarcodejerez. La pancarta la portan miembros de la asociación convocante, de una u otra forma afectados por el parque eólico, a los que acompañan responsables del Consejo Regulador y del sector del vino, Ecologistas en Acción, Sociedad Jerezana del Vino, la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad y, a título particular, bodegueros, viticultores, viñistas independientes, cooperativistas, sumilleres y chefs, que se han volcado con sus mensajes en redes sociales, y ciudadanos sensibilizados con sus reivindicaciones.

Una vez más, dejan claro que la movilización no va en contra de las renovables, sino de los proyectos, en este caso el del parque eólico El Barroso, que “erradican nuestra cultura, nuestra economía, nuestra ecología y, sobre todo, nuestra identidad”.

Participantes en la marcha con los aerogeneradores de otros parques eólicos ya instalados en el entorno del viñedo al fondo. Participantes en la marcha con los aerogeneradores de otros parques eólicos ya instalados en el entorno del viñedo al fondo.

Participantes en la marcha con los aerogeneradores de otros parques eólicos ya instalados en el entorno del viñedo al fondo. / Miguel Ángel González

Son los “hijos de la albariza”, la tierra calcárea de la que en su día nacieron los mejores vinos de Jerez que hicieron universal a esta región vitivinícola y que lloran el arranque de viñas centenarias, aunque con orígenes milenarios, con profundas raíces en la historia y la cultura de la zona.

Entre los asistentes también figuran responsables políticos del PP, Ciudadanos y Podemos Jerez, pero se echa en falta representación del gobierno municipal y/o PSOE, así como del Gobierno andaluz, sobre los que recae la responsabilidad de autorizar este tipo de proyectos.

Las administraciones públicas se echan la culpa unas otras, por lo que, en cierto modo, están reconociendo que se han hecho mal las cosas, pero las obras siguen adelante sin que Ayuntamiento, que ostenta las competencias urbanísticas, y Junta de Andalucía, responsable del cuidado del medio ambiente, hagan nada por dejar en suspenso el proyecto hasta aclarar si cumple todos los requisitos legales.

La paralización de unas obras ya en marcha implicaría el desembolso de sustanciosas indemnizaciones a la empresa promotora difíciles de asumir por cualquier Administración, aunque el dinero saldría de las arcas públicas, es decir, de las contribuciones de los ciudadanos y no del bolsillo de los políticos que las han autorizado.

La plataforma de afectados observa numerosas irregularidades tanto en la concesión de la licencia de obras municipal como en la tramitación de las autorizaciones de impacto ambiental y utilidad pública, procedimiento este último aún abierto y al que se aferran como último recurso administrativo para evitar lo que consideran un “atropello impuesto” a los garantes de un patrimonio que, al fin y al cabo, es de todos los jerezanos.

En caso de no encontrar respuestas, aún les quedará la vía judicial, pero el daño será ya irreversible y, si se confirma la irregularidad del proceso, cabría depurar responsabilidades políticas –una cosa es que no paguen de sus bolsillos y otro muy distinta es que se mantengan en sus cargos si su incompetencia es manifiesta–.

La marcha recorre Cerro Pelado, donde los molinos de viento de 200 metros sustituirán al viñedo ya arrancado

Arriba en el Cerro Pelado, en la parcela en la que se desarrollan los trabajos, los portavoces de la plataforma de defensa del viñedo toman la palabra para agradecer la asistencia y compartir sus impresiones. Agustín Benjumeda, de Viña Santa Petronila, llama la atención sobre las empresas de energías renovables que enarbolan la bandera de la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, pero sin embargo, provocan la pérdida y el arranque de viñedos en ecológico, viñedos milenarios de gran arraigo en la zona, tan sostenibles como las energías verdes.

Willy Pérez, de bodegas Luis Pérez, recuerda que “no estamos aquí contra las renovables, hoy nos manifestados por cómo se están haciendo las cosas, por cómo en Europa, en un año, pretende solucionar la tarea que no se ha hecho en los últimos 50 años; por cómo se han abierto las leyes que están inundando con miles de parques sin contar con la voluntad del pueblo”.

“En este suelo se han gestado los grandes vinos del Marco de Jerez, las mejores etiquetas que ha dado España y Europa; Jerez se ha construido por lo que ha salido de este suelo, somos hijos de la albariza, somos la ciudad del vino construida a través de estos pagos, por eso hoy venimos a decir basta y a decirle a Capital Energy que no le vamos a entregar las llaves de nuestro territorio”.

Alberto Orte, de la Compañía de Vinos del Atlántico, ha hecho una defensa “del legado que nos han dejado nuestros antepasados, el viñedo del vino de Jerez porque el que es conocida la ciudad y que tenemos la responsabilidad de preservar, el legado del tejido productivo y de todo el empleo que genera y que se quiere sustituir por la prosperidad de unos pocos”.

“Todavía estamos a tiempo de frenarlo y hay razones legales para parar este proyecto que va a provocar una pérdida dramática de viñedo y ahí está la experiencia de Balbaína”, por lo que “instamos a las administraciones para que dejan de echarse la culpa y actúen”.

Joaquín Gómez Beser, ha compartido el proyecto bodeguero que promovía junto a su familia donde se construye el parque y al que han renunciado. “Me enamoré del Cerro Pelado como de mi mujer y empezamos a trabajar en un proyecto enológico y enoturístico, una bodega con vistas de 360 grados de toda la campiña de Jerez”, pero “el proyecto ha muerto y culpo al sistema, que no ha prestado atención a una inversión que iba a generar muchos impuestos y al empleo que se ha perdido con la implantación de estos castillos de viento de 200 metros de altura”.

Agustín García Lázaro, de Ecologistas en Acción, ha cerrado el turno de palabra con el repaso a las alegaciones presentadas por el colectivo al que representa contra la utilidad pública del proyecto. “Desde el primer momento estamos en contra de esta amenaza al paisaje del viñedo tradicional de Jerez, a la que nos oponemos por razones ecológicas y de avifauna, pero también por el rico patrimonio histórico y arqueológico de esta zona, por la que pasaba la Vía Augusta”, a lo que ha añadido que “insisto sobre todo en el valor paisajístico del viñedo tradicional jerezano, que ya se perdió en Balbaína con el parque eólico de La Rábida hace veinte años”.

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