El Pedro Ximénez 'Don Guido' de 20 años (VOS), de las Bodegas Williams & Humbert, ha sido elegido como Vino del Año en el concurso Sommelier Challenge 2019, International Wine & Spirits Competition. 15 prestigiosos sumilleres de Estados Unidos, tres de ellos 'Master Sommelier', coronaron a este vino de Jerez como resultado de una cata a ciegas en la que evaluaron más de mil referencias de diferentes partes del mundo.

Este jerez esta catalogado como un vino dulce natural de uva Pedro Ximénez del Pago de Balbaína, dentro de la zona de Jerez Superior. Las uvas se pasifican al sol durante 15 días en los almijares, obteniéndose los mostos a altas presiones en prensas especiales, que son fortificados a 9 grados. Tras su decantación y deslío, después de los primeros fríos, se vuelve a fortificar el vino hasta alcanzar los 18 grados, momento en el que entra en el sistema de Criaderas y solera para su envejecimiento por un mínimo de 20 años.

El 'Vino del Año' de la Sommelier Challenge 2019 International Wine & Spirits Competition.

En su nota de cata, la bodega jerezana indica que Don Guido es un jerez de color negro caoba, muy denso y ligeramente viscoso, con los aromas a pasas e higos característicos de la uva Pedro Ximénez y con un fondo de notas balsámicas muy amplias. Al paladar es poco ácido, muy dulce, meloso y persistente, dejando en la boca un exquisito dulzor y perfume durante largo tiempo. Es un vino ideal para consumir con postres y quesos.

El nombre de este emblemático jerez de Williams & Humbert rinde homenaje a Guido Williams, hijo del fundador de las bodegas, Alexander Williams, casado con Amy Humbert. Este Pedro Ximénez hace honor a Guy Williams (conocido como Guido), personalidad de gran relevancia en el Marco de Jerez. Nacido en Jerez en 1889, siempre mantuvo muy arraigadas las costumbres británicas. 

Tras estudiar en Inglaterra, su padre le pidió en 1911 que volviera a Jerez para incorporarse al negocio familiar junto a sus hermanos Arthur y Charles. Guido Williams luchó en la Primera Guerra Mundial con el rango de capitán y sufrió heridas de guerra que le dejaron daños pulmonares permanentes. Por su labor en el frente, recibió la Cruz Militar de la Orden del Imperio Británico. Tras finalizar la guerra, trabajó en la Embajada británica y más tarde se reincorporó al negocio familiar, ocupando al mismo tiempo el cargo de vicecónsul hasta su fallecimiento en 1959.