Marco de Jerez

Bodegas Faustino González, 50 años de artesanos del vino de Jerez

  • La pequeña bodega familiar de los González García-Mier presente los actos conmemorativos de su 50 anivesario

  • Entre las iniciativas del cincuentenario destaca el lanzamiento al mercado una edición limitada de su Fino Cruz Vieja en formato Magnum

  • Jereces de almacenista sin más rodeos

Los propietarios de la bodega junto a responsables municipales brindan tras la presentación de los actos del 50 aniversario.

Los propietarios de la bodega junto a responsables municipales brindan tras la presentación de los actos del 50 aniversario. / Manuel Aranda

Hace 50 años, el doctor Faustino González tuvo la “genial idea” de iniciarse con el apoyo de su esposa Carmen García-Mier en la crianza de vinos de Jerez. “Meterse en el negocio del jerez era cosa de locos en esa época”, pero al fundador, que da nombre a la bodega, se le pusieron a tiro unas soleras de jereces, 200 botas de vinos viejos propiedad de la familia Núñez de Villavicencio, que en su día se criaron en la bodega del Alcázar.

Faustino González “encerró los vinos, como se dice en Jerez, en las cuadras de la casa del abuelo materno”, reconvertidas en bodega de crianza, estableciéndose como cosechero y almacenista tras la compra hace también 50 años de una viña en el pago de Montealegre, la única que queda en este enclave con 7 hectáreas plantadas de Palomino y Pedro Ximénez con los que refrescan sus vinos de elaboración artesanal.

La pequeña bodega familiar enclavada en el histórico barrio de San Miguel ha servido este martes de escenario a la presentación ante los medios de comunicación de los actos conmemorativos del cincuentenario de Bodegas Faustino González, entre los que destaca el lanzamiento de un Magnum del Fino Cruz Vieja, una edición limitada de 150 unidades especialmente embotelladas para la ocasión procedentes de la primera bota de la solera fundacional de la bodega. La familia también tiene en mente realizar nuevas ediciones limitadas de sus vinos en los próximos años.

Precisamente, la foto de los progenitores junto a la bota de la que se ha realizado la saca para este Fino Magnum ha presidido el acto, que ha contado con la asistencia de representantes del Consejo Regulador, la patronal bodeguera Fedejerez, la Confederación de Empresarios y la Cámara de Comercio.

Magnum del Fino Cruz Vieja de edición limitada lanzada por el cincuentenario junto a la foto de los fundadores de la bodega con una bota de la solera fundacional. Magnum del Fino Cruz Vieja de edición limitada lanzada por el cincuentenario junto a la foto de los fundadores de la bodega con una bota de la solera fundacional.

Magnum del Fino Cruz Vieja de edición limitada lanzada por el cincuentenario junto a la foto de los fundadores de la bodega con una bota de la solera fundacional. / Manuel Aranda

El director técnico de la casa, Jaime González García-Mier, y su hermana Rocío han avanzado que Javier Muñoz, el ‘chef del sherry’ presente en el acto, colaborará en el 50 aniversario con la elaboración de un menú maridado con los vinos de Faustino González que podrá degustarse en su restaurante ‘La Carboná’.

Faustino González también estará presente con su gama completa de jereces, que comercializa bajo la marca ‘Cruz Vieja’ en honor al barrio en el que se crían, en Vinoble, que se celebra en El Alcázar desde entre este domingo y el martes, días 29 y 31 de mayo, y donde contarán por primera vez con stand propio.

Los González García-Mier guardan gratos recuerdos del Salón de los Vinos Nobles, en cuya primera edición, la de 1998, presentaron el Oloroso Muy Viejo Solera Fundacional Cruz Vieja, el primer vino que embotellaron con el permiso especial del Consejo Regulador cuando aún operaban como almacenistas antes de dar el salto a la comercialización de vinos en 2014.

Los propietarios de Faustino González barajan igualmente abrir la bodega las noches de verano, realizar alguna actividad en la viña durante la próxima vendimia y celebrar una jornada de puertas abiertas el próximo otoño dedicada al barrio de San Miguel, en agradecimiento por estos 50 años de convivencia. “Algunos vecinos nos dan las gracias por perfumar el barrio”, comentó Jaime González.

Del mismo modo, y como muestra de su “compromiso con la conservación del patrimonio, su mejora y para que quede para la posteridad”, Vicente Custardoy, gerente de Faustino González, ha detallado que la familia está recuperando documentos inéditos de la historia de la bodega y la viña para la edición de un audiovisual que estrenarán en próximas fechas y que servirá de carta de presentación a los visitantes.

Los propietarios y los asistentes al acto durante la presentación en la bodega de la calle Barja, en el histórico barrio de San Miguel. Los propietarios y los asistentes al acto durante la presentación en la bodega de la calle Barja, en el histórico barrio de San Miguel.

Los propietarios y los asistentes al acto durante la presentación en la bodega de la calle Barja, en el histórico barrio de San Miguel. / Manuel Aranda

Homenaje a los fundadores

La semana pasada Jerez saludaba la inauguración de una nueva bodega en intramuros tras la rehabilitación de un antiguo casco de mediados del siglo XIX en la calle Justicia para la recuperación del negocio almacenista emprendido por el abuelo de los nuevos propietarios, miembros de la familia Domecq.

Ahora, el Marco de Jerez se felicita por el 50 aniversario de otra pequeña bodega de origen almacenista, el legado heredado por la extensa familia de los González García-Mier –familia numerosa de categoría especial, según rezaba en su libro de familia– que hace cinco años decidieron dar un nuevo impulso al negocio, “sin entrar en guerras de precios” para lanzarse a la comercialización de sus vinos en un segmento medio/alto.

“Los primeros años fueron difíciles pero, poco a poco, fuimos creciendo para crear la marca Cruz Vieja y trasladar al mercado que tenemos unos vinos de calidad”, ha explicado el gerente de la bodega y yerno del fundador, quien ha añadido que “los resultados fueron llegando y son ilusionantes”.

Jaime González y Beltrán Domecq junto a Javier Muñoz, el 'chef del sherry' que elaborará un menú maridado con los vinos de Cruz Vieja para su degustación en La Carboná. Jaime González y Beltrán Domecq junto a Javier Muñoz, el 'chef del sherry' que elaborará un menú maridado con los vinos de Cruz Vieja para su degustación en La Carboná.

Jaime González y Beltrán Domecq junto a Javier Muñoz, el 'chef del sherry' que elaborará un menú maridado con los vinos de Cruz Vieja para su degustación en La Carboná. / Manuel Aranda

Tras alcanzar sus mejores datos en 2019, la bodega sufrió al año siguiente el parón de la pandemia, paréntesis que aprovecharon para la puesta en marcha la página web y buscar una comercializadora que les ha permitido iniciar la exportación de sus vinos a países como Japón, Francia, Reino Unido y Estados Unidos.

“La situación sigue siendo difícil, pero tenemos buenas perspectivas porque los mercados piden nuestros vinos y estamos entrando en la restauración de cierto nivel, con lo que la marca empieza a conocerse y a valorarse”, ha significado Vicente Custardoy, para quien “la marca es el mejor marketing que tenemos”.

Los González García-Mier tienen “ilusión, ganas y un buen producto” para “abrir nuevos mercados de exportación” en un futuro próximo, el principal reto al que se enfrentan con idea de que “nuestros nietos puedan decir dentro de 100 años que somos una bodega importante”, tanto como lo es la unidad familiar, que ayer demostraron con el recuerdo a los fundadores, sus padres, en cuya memoria brindaron los hermanos presentes a la conclusión del acto y cuyo “trabajo y esfuerzo, su visión del negocio su pasión por los vinos de Jerez y su ejemplo han permitido celebrar este cumpleaños”.

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