Cerca de un 80% de los españoles mayores de 18 años sufre defectos visuales. Presbicia, miopía y astigmatismo son algunos de los problemas más habituales según el “Estudio de la Visión en España 2020” realizado por Clínica Baviera tras entrevistar a 2.000 personas.
Precisamente por ello, la Dirección General de Tráfico ha dado a conocer una serie de recomendaciones para los conductores que sufran algún problema de visión, a través de su Revista Tráfico y Seguridad Vial.
En primer lugar, la DGT insiste en la necesidad de utilizar siempre las gafas graduadas o lentes de contacto para conseguir la mejor visión al volante en caso de padecer algún defecto visual. Además, en caso de necesitar gafas para ver de cerca, aconseja que se usen gafas progresivas para ver mejor mejor la información que recibe a través del tablero del vehículo.
Ora de las recomendaciones de la DGT es la utilización de gafas de sol durante el día ya que, al evitar el exceso de luz, hacen la conducción más confortable y segura.
En caso de que el conductor note dificultades para conducir de noche y no distinga bien las señales o no calcule bien la profundidad, lo mejor es no conducir de noche o cuando haya malas condiciones de luminosidad (lluvia, niebla…). Por ello, la DGT anima a planificar los viajes evitando preferiblemente los días de mal tiempo.
La reducción de la velocidad es también fundamental en estos casos, ya que al aumentar la velocidad se reduce el campo de visión.
Como es lógico, en caso de tomar algún fármaco que afecte a su visión, siga la DGT incide en la necesidad de seguir los consejos del médico y evitar también la conducción nocturna. Igualmente, en caso de acudir a una cita con el oftalmólogo, si "con motivo de una exploración, le dilata la pupila, no conduzca hasta que no se le pase el efecto de la medicación".
Por último, aconseja conducir por rutas conocidas y poco concurridas siempre que sea posible.
Desde la Dirección General de Tráfico se añade que la agudeza visual (definición con la que se perciben los objetos), el campo visual (espacio total que se abarca con la visión al mirar a un punto central) y la sensibilidad al contraste (capacidad para discriminar un objeto del fondo en el que se encuentra) son "capacidades básicas para la conducción que se pueden ver alteradas por numerosas enfermedades o trastornos, bien del propio órgano de la visión (cataratas, glaucoma o alteraciones de la refracción, como la miopía, astigmatismo…), bien por enfermedades de otros órganos o sistemas, como la diabetes". "La disminución de esas capacidades pone en riesgo la seguridad tanto del propio conductor como de terceras personas", recuerdan.
El organismo estatal recuerda que la normativa actual autoriza a conducir con una agudeza visual binocular de 0,5 (con o sin corrección). Aun así, recuerda que es preferible que el conductor tenga al volante la mejor visión que pueda conseguir, y si logra una visión superior al 0,5 con gafas o lentes de contacto, aunque no esté obligado, "es imprescindible que las utilice".
Además, la DGT recalca que en malas condiciones de iluminación (de noche o con poca visibilidad), "la agudeza visual se reduce, y es necesario contar con una adecuada sensibilidad al contraste –habilidad para identificar un objeto y separarlo del fondo en el que se encuentra (señales de tráfico, peatones, vehículos)–. Cuando la sensibilidad al contraste se altera hay que evitar la conducción del anochecer al amanecer".
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