El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, rechazó ayer que su país tuviera conocimiento previo del fallido golpe de Estado del 15 de julio en Turquía y prometió que su país cooperará en la extradición del supuesto cerebro de la asonada.
Biden afirmó que las autoridades estadounidenses están trabajando con Turquía y estudian la petición de extradición Fethullah Gülen, un predicador exiliado en EEUU, al que Ankara acusa de instigar el fallido golpe.
"No tenemos ningún interés en proteger a nadie que haya hecho daño a un aliado, pero tenemos que cumplir con nuestras obligaciones legales", dijo Biden en una rueda de prensa en Ankara con el primer ministro, Binali Yildirim.
La llegada de Biden a Ankara coincide con el inicio de una intervención de Turquía en el norte de Siria, donde presta cobertura a miembros del Ejército Libre Sirio para tomar la localidad de Yarábulus, cerca de la frontera.
Las relaciones entre EEUU y Turquía -aliados en la OTAN- pasan por un momento delicado debido a la críticas de Ankara, que considera escaso el respaldo recibido tras la intentona golpista, y por el apoyo de Washington a las milicias kurdas en Siria.
La purga tras el golpe, con la detención de unas 30.000 personas y la suspensión o despido de 80.000 funcionarios, se completó ayer con el despido de otros 2.847 jueces y fiscales turcos por su complicidad con la asonada.
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