Alberto Schommer. Final de su fermento
TAMBIÉN no quiero dejar de comentar algo que dramáticamente ocurrió a finales de verano. Me refiero al fallecimiento de uno de los fotógrafos más importantes a nivel nacional desde la época democrática, Alberto Schommer.
Su trayectoria fotográfica fue sin duda dilatada y con elementos personales singulares. Ello le llevó a obtener gran número de premios y reconocimientos, como la Medalla al Mérito de las Bellas Artes en 2008 o Premio Nacional de Fotografía 2013.
Sus peculiares trabajos de los retratos, sin duda, aportaron elementos documentales subjetivos y a la vez aportantes de la psicología de muchos personajes que tuvieron que ver con toda la evolución social.
El tratamiento del color y de los encuadres llevados a cabo por este excelente fotógrafo también fueron dirigentes durante algún cambio e influyente en muchos fotógrafos que buscábamos con mayor o menor acierto beber de los cambios fotográficos.
Pero no quiero dejar de mencionar algo que Schommer tuvo con Jerez, y que fue precisamente también la publicación de un libro que esa vez tuvo mucho que ver con la sociedad jerezana, y con su especial idiosincrasia más vinculada con sus personajes e idiosincrasias históricas, Fermento.
El libro fue publicado en 1996 por el Ayuntamiento, gracias a un gran reportaje de fotografías que Schommer había realizado en Jerez unos años antes, y que otorgaban su visión especial sobre nuestro "mundo". Él lo expresó así: "Y no podía haber otra tierra, unos hombres, una luz, campos, espacios tan adecuados como los de esta ciudad. En realidad, más que la ciudad, retrato climas: personas, rincones, actitudes que dentro y fuera de las casas, bodegas, conventos, calles, forman un magma, tan nuestro, enormemente personal, como un retablo de madera policromado...".
Que su trabajo perdure para siempre tras su muerte el pasado 10 de septiembre a los 87 años.
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