'La Cenicienta', una ópera, un musical y un cuento en el Teatro Villamarta

Los espectadores podrán disfrutar mañana y el sábado de Rossini "en estado puro", en una puesta en escena "con mucha fuerza" protagonizada por José Manuel Zapata y Angélica Mansilla

Portada del nuevo libreto.
Arantxa Cala / Jerez

30 de septiembre 2009 - 05:00

"Vibrante, imaginativa, divertida. En definitiva, diferente". Estos son sólo algunos de los calificativos que se dijeron ayer en la presentación de la ópera-"musical" 'La Cenicienta', de Rossini, que se podrá ver en el Teatro Villamarta mañana, día 1, y el sábado día 3 de octubre. "Increíble", aseguró el director musical de la obra, Carlos Aragón, que se centró en la música, de la que destacó "su fuerza y la impronta tan fresca". Aragón recordó que Rossini, en su época, "era como un compositor de musicales, la gente iba al teatro a divertirse. Es lo que significó su persona en la trayectoria de la lírica".

Escrita en 14 días y cuando su autor tenía tan sólo 25 años, este título, fue tal la fama que cosechó desde su estreno que "desplazó a 'El barbero de Sevilla'", considerada su obra maestra. No obstante, desde el punto de vista musical, indicó Aragón, plantea "grandes dificultades" tanto a los cantantes como a la Orquesta Filarmónica que dirigirá desde el foso. "Estamos ante una ópera muy positiva. Los cantantes también actúan ahondando en ese concepto de musical. Aquí no se para ni un minuto. En escena, el dinamismo es bestial. Me he encontrado con los mejores cantantes que uno podría haber soñado. Maravillosos compañeros y artistas.", explicó. "Sería una pena -advirtió- que Jerez no viera este espectáculo porque es Rossini en estado puro".

El director de escena, Stephan Grögler, comentó que el trabajo con esta ópera "ha sido muy duro, en el que ha habido una entrega total. Estoy muy satisfecho con el resultado", y añadió que su planteamiento escénico de este título de Rossini "está en sintonía con la partitura y pretende reflejar la magia que encuentro en ella". Un mundo inventado que no está presente en el libreto de Ferretti. Por tanto, el responsable escénico se centra en la fantasía creativa del músico de Pésaro para dar la correspondiente réplica sobre las tablas. En esta obra aparecen referencias a otros cuentos infantiles -el bosque, los enanitos-.

Sin embargo, todo parte de la realidad más cruda de una familia un tanto singular: un padrastro, dos hermanastras, una sirvienta emparentada, etc. El ansia de huir de este cuadro familiar por parte de la protagonista da paso a los sueños. Y éstos son utilizados por Grögler para, a través de sus ojos, definir el perfil psicológico del resto de los personajes. "El Príncipe Ramiro, por ejemplo, es concebido por Cenicienta como el salvador de su particular situación", agregó el responsable escénico.

Tanto la mezzosoprano Angélica Mansilla -en el papel de Cenicienta- como el tenor José Manuel Zapata -en el de Príncipe Ramiro- debutan en el Teatro Villamarta. Mansilla considera este título como su ópera preferida y dijo estar identificada con el personaje porque "tengo un carácter un poco aniñado. Siempre he soñado con cantar 'cenerentolas'". Zapata -que ya ha cantado en el Metropolitan de Nueva York, adonde volverá en breve-, hizo hincapié en que resulta "ideal para acercarse a la ópera". Ambos destacaron el "excelente" ambiente de trabajo del Villamarta, "un ejemplo para otros teatros", subrayó Zapata.

La delegada de Cultura, Dolores Barroso, aseguró que la Fundación Teatro Villamarta "crea felicidad y esperanza" a los ciudadanos. Barroso recordó además la apuesta del Villamarta por los artista españoles. La delegada de Cultura animó a los aficionados a que acudan al Teatro "acompañados de los más jóvenes, ya que esta obra es una gran oportunidad para acercarse a la ópera".

La ópera cuenta además con la "brillante" participación de la Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro del Teatro Villamarta.

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