Orient-Express

Lectores sin remedio

Orient-Express

26 de febrero 2021 - 16:24

Reconozco que no le he prestado entre mis lecturas mucha atención a la literatura de viajes, quizá porque ese hueco en esta página lo llena a la perfección mi compañero y amigo Ramón, experto en la materia como así atestiguan obras como la exitosa ‘La costa’ (Peripecias) o ‘Viajeros apasionados. Testimonios extranjeros sobre la Provincia de Cádiz 1830-1930’ (Diputación de Cádiz).

Pero también debo confesar que como lector de nacimiento nunca le he hecho ascos a un buen libro, sea del género que sea. Por eso, cuando hace unos días cayó en mis manos en forma de regalo ‘Orient-Express. El tren de Europa’ de mi admirado Mauricio Wiesenthal no dudé en hincarle el ojo. Leer a Wiesenthal cuando trata en sus textos de asuntos de su Europa, de la misma Europa con la que se le llenaba la pluma a su maestro Stefan Zweig, es transportarse a ese continente que alumbró toda la cultura por la que ahora, o quizá mejor a finales del siglo XIX y principios del XX, ser europeo era sinónimo de prestigio y autoridad.

En ‘Orient-Express. El tren de Europa’ Mauricio Wiesenthal nos lleva por la historia no solo del tren sino de todo el continente que atravesaba de uno a otro extremo en los diversos recorridos que aquel realizaba. Lo que aprovecha el autor de forma magistral para adentrarnos en las anécdotas y curiosas historias de las grandes personalidades que tenían al Orient-Express por su medio de transporte más habitual. Y por las páginas del libro, como por los vagones, como si estuviésemos viéndolos, pasean Colette, Coco Chanel, o el magnate del petróleo Calouste Gulbenkian y su salida de película de Estambul, o el traficante de armas Basil Zaharoff y su larga historia de amor con la aristocrática española Mª del Pilar Muguiro y Beruete, casada y después viuda de don Francisco María de Borbón-Braganza y Borbón…

Y así una larguísima lista de personajes de la época que frecuentaron el célebre tren y en la que no faltan, no podrían faltar de ninguna manera, los grandes escritores, entre ellos la que elevó al tren a personaje novelesco: Ágatha Christie o el mismísimo Zweig; o grandes músicos como Gustav Malher, Richard Strauss, Manuel de Falla o Debussy. Por no hablar de la nobleza y realeza europeas: Eduardo VII, el duque de Windsor, y su esposa Wallis Simpson, o las andanzas erótico-indiscretas que se corría Leopoldo II de Bélgica, o la turbulenta historia de los reyes de Rumanía. Brillo, lujo, glamour que Wiesenthal nos va describiendo con todo pormenor, en sus más mínimos detalles; así como las estaciones: la “Gare de Lyon” o la “Victoria”. Pero también los padecimientos de aquel majestuoso tren en las dos guerras mundiales y las dificultades para atravesar los países del Este en los años 50 del pasado siglo.

Experiencias que el propio Wiesenthal va desgranando como apasionado viajero, no como esos turistas de sandalias, pantalón corto y gorra de béisbol que en la actualidad ensucian las ciudades y manosean monumentos. En todo el libro, de una lectura tan interesante como encantadora, divertida y conmovedora por momentos, se respira una atmósfera de nostalgia por un tiempo ya perdido para siempre, por una forma de viajar que ya no existe, por esa vieja Europa tristemente olvidada, por el mundo de ayer. José López Romero.

Francisco García Pavón y el olvido

Hacíamos, en un anterior artículo, un recorrido general por la historia de la novela policiaca, para finalizar en ese subgénero denominado “novela negra” de incontestable éxito en la actualidad. Como en toda visión general dejamos en el camino, por falta de espacio, algunos nombres (P.D. James, Consuelo Sáenz de la Calzada, etc.) pero hoy nos gustaría detenernos brevemente en uno en particular: Francisco García Pavón. Fue este manchego un escritor notable y pese a ello, un manto de olvido ha caído sobre él (como sobre tantos otros, recuerden a Manuel Halcón) que ni siquiera la celebración de su centenario (2019) fue capaz de levantar.

Sin embargo, conviene tener presente que García Pavón dio a la literatura ese personaje impagable de Plinio, el policía rural de Tomelloso, con el que se iniciaba el camino de la literatura policiaca en nuestro país. Ya con la primera de sus novelas, ‘El reinado de Witiza’, lograba ser finalista del Nadal, que finalmente conseguiría en 1969 con ‘Las hermanas coloradas’, otro caso de Plinio. Pese al éxito de Plinio, la Transición pareció tener entre sus prioridades romper con todo lo anterior, y en tal proceso se cometieron algunas injusticias literarias, que en el caso de Francisco García Pavón, llevaría al periodista Enric González a escribir “A España le faltan muchas cosas para tener arreglo, una de ellas que García Pavón esté en las librerías” (cita recogida del excelente artículo de Cristian Segura “El escritor que llevó la novela negra a la España vacía”. El País. 28.9.2019).

Ha tenido que pasar el tiempo para que hoy, aparte del interés y calidad de esas novelas (no recogida plenamente en la adaptación televisiva de principios de los años 70 del pasado siglo, con guión de José Luis Garci y en la que el actor Antonio Casal ponía rostro a Plinio), encontremos en ellas una sutil profecía sobre el abandono de la España rural, y que recientemente han tratado con tanto éxito ensayos como ‘La España vacía’ de Sergio del Molino o novelas como la de Santiago Lorenzo ‘Los asquerosos’. Ramón Clavijo Provencio.

Reseñas

Amores imperfectos

Hiromi Kawakami. Acantilado, 2016.

Acantilado apostó hace ya años por esta escritora japonesa y de ahí que todas sus traducciones españolas hayan salido en esta editorial. Una escritora, Hiromi Kawakami, que ha recibido numerosos y prestigiosos galardones, entre ellos el Tanizaki por su novela ‘El cielo es azul, la tierra blanca’ (Acantilado, 2001). ‘Amores imperfectos’ es una colección de relatos breves que tienen como denominador común el propio título: amores que no terminan por consolidarse o que se malogran apenas nacen o, incluso, no llegan a nacer. En muchas ocasiones es la duda, la inseguridad de las protagonistas femeninas; en otros relatos, la indolencia o la falta de decisión los motivos de esos amores frustrados. Historias tan cortas como hermosas y conmovedoras, en un tono intimista que atrapa al lector a través de la belleza del estilo y la sensibilidad de unos personajes perfectamente trazados a pesar de la brevedad de las narraciones. Muy recomendable. J.L.R.

La máscara de Dimitrios

Eric Ambler. RBA, 2011.

Fue Mauricio Wiesenthal quien en su ‘El Orient Express. El tren de Europa’ me descubrió esta novela, a la que algunos grandes escritores consideraban como una de las mejores del género negro del siglo XX. Ante tal opinión, y tan autorizada, ¡cómo iba a negarme a leerla! Y aunque un poco exagerada, si nos remitimos a los grandes escritores norteamericanos e ingleses de novela negra, o sin ir más lejos, al admirado Francisco González Ledesma (por citar producto patrio de calidad), no les falta razón a estos autores. Una historia magistralmente llevada que tiene como hilo conductor de la trama la investigación que comienza por simple curiosidad el protagonista, también escritor de novela negra, Latimer en torno a la figura misteriosa de un tal Dimitrios, un rastro que sigue a través de las diferentes identidades de este personaje y que lleva a Latimer por varias ciudades hasta el desenlace final. Novela que fue llevada al cine con éxito. J.L.R.

Quirke en San Sebastián

Benjamín Black. Alfaguara, 2021

No se ha prodigado excesivamente el autor irlandés, con las historias de su peculiar patólogo forense. Sin embargo, ello es un aliciente más para sus muchos lectores que saben que la espera valdrá la pena, manteniendo el pulso de una serie que sigue estando tan fresca como cuando se editó la primera historia, ‘El secreto de Christine’ (2006). Y efectivamente, Black nos vuelve a sorprender, no solo por encontrarnos a un Quirke lejos de la brumosa Dublín disfrutando de unas vacaciones, en compañía de su mujer, en la señorial San Sebastián, sino por el interés que despierta desde las primeras páginas este caso donde el forense cree toparse en el hotel que se aloja con una mujer a la que creía muerta desde años atrás, en un sórdido caso donde nunca llegó a encontrarse el cadáver. R.C.P.

Plinio. Todos los cuentos

Francisco García Pavón. Rey Lear, 2010

Aunque algo lejana en el tiempo, merece la pena sumergirse en las páginas de esta cuidada edición con un interesante prólogo del también escritor de novela negra Jorge M. Reverte. En este libro encontraremos no los grandes casos de Plinio y que tuvieron su consagración con el premio Nadal de 1969 a “Las hermanas coloradas”, sino una serie de breves narraciones que en su día aparecieron en revistas y periódicos del país, donde encontrábamos a Plinio con su amigo el veterinario D. Lotario, tratando de resolver algún oscuro suceso. En la narración breve García Pavón siempre fue un maestro, y creo que en este libro podemos descubrir narraciones olvidadas, con personajes impagables y una visión del mundo rural premonitoria. De lo mejor de este escritor, sin duda el iniciador de la novela policiaca en España. R.C.P.

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