Paseo de Alfonso X 'El Sabio' por Jerez (y II)
La ciudad de la historia por Eugenio J. Vega Geán y Fco. Antonio García Romero
EN la 'Noche Séptima' de esas Noches Jerezanas que pasó Joaquín Portillo explicando la historia de nuestra ciudad, cuando le llegó el turno al convento y a la iglesia de Santo Domingo, refirió que:
"En varios lugares de ésta y aquel se hallaban las armas de Castilla y León, que eran las del fundador el rey don Alonso el Sábio con una letra que decía: Alonso X. sapienti patrono fundatori; y en la capilla mayor segunda que tuvo el convento, se hallaban otras" (1).
Portillo sigue diciendo:
"Concluida la iglesia, queriendo la comunidad perpetuar la memoria de su fundador, colocó en 1741 su estatua sobre la puerta principal que se dirige á el cláustro, con la misma inscripcion que tenía en la capilla mayór".
El Guadalete hizo mención en 1856 a "la estatua de S. Fernando que está sobre una de las puertas de Sto. Domingo", confundiendo padre con hijo. Confusión posible debido al parecido que tradicionalmente tienen las imágenes de ambos reyes. No es la única vez que se da esta confusión o que se cambia la identidad de esta escultura. Rodrigo de Molina opinaba en agosto de 1988 que la estatua que estaba dentro del Alcázar era la de Fernando III. Salvador Díez y Pérez de Muñoz compró el Alcázar a Manuel M.ª de Ágreda González el 22 de noviembre de 1926 y, junto al palacio, le dedicó un patio al rey santo. En el centro de este patio levantó un monumento y en una de sus paredes colocó una cartela de cerámica, firmada por Enrique Orce, que así lo indicaba. El monumento tenía una base circular sobre la que se situaban cuatro columnas de mármol formando los vértices de un cuadrado. Estas columnas eran de unos tres metros y medio de altas y quedaban cubiertas por una plataforma octogonal que servía de base a una estatua en piedra de tamaño natural de Fernando III, con el cetro en su mano derecha y el globo terráqueo en la izquierda. El monumento se desmontó y Rodrigo de Molina no se explica cómo le llegó al alcalde Tomás García Figueras esa escultura que, en 1964, se convirtió en Alfonso X y, como he dicho, fue colocada junto a la muralla cercana al torreón ochavado (2).
El que la estatua de Alfonso X estuviera en la puerta del convento dominico no parece extraño, si tenemos en cuenta lo dicho anteriormente y la cita que también se hace en 1860. Cuando en este año la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jerez tenía previsto establecer una Cátedra de dibujo lineal y de adorno, hace sus cálculos para ver dónde es más rentable situarla. La primera propuesta es abrir esta cátedra en los locales de la propia sociedad y la segunda era la de establecerla en un local "situado en el Exconvento de S.to Domingo, dando entrada por la puerta de D.n Alfonzo (sic) el Sabio" (3).
La toma de Jerez por Alfonso X trajo consigo la presencia de dominicos y franciscanos que recibieron solares a las afueras de la ciudad aunque cerca de las puertas. Juan de la Lastra y Terry consideraba al rey Alfonso como el implantador de la vida religiosa en Jerez. Gracias a él se funda el convento de Predicadores de Santo Domingo el Real. El 5 de junio de 1643 se hizo la recopilación del privilegio dado por este rey para la fundación del Real Convento de Santo Domingo (4). La carta de fundación de la Casa y la donación de materiales para ayudar a la edificación de su monasterio frente a la Puerta de Sevilla, quedó consignada en el Libro del Repartimiento.
"Así en justo agradecimiento colocaron los religiosos la estatua del monarca sobre la entrada de su casa e inscribieron en el dintel de la misma una agradecida recordatoria y más tarde pusieron sus armas en el arco toral de la capilla mayor de su interesante iglesia. (…) La inscripción aunque borrosa, puede leerse todavía en el sitio en que la grabaron; pero la estatua del Rey Sabio, después de estar relegada algunos años, fue trasladada a uno de los patios del Alcázar" (5).
Juan de la Lastra añade una información que le transmitió Hipólito Sancho en 1964, unos meses antes de octubre:
"En apoyo de esta pista, me dijo el prestigioso maestro Hipólito Sancho de Sopranis hace sólo unos meses, que equivocadamente dicha estatua la habían hecho pasar por la efigie de Fernando III el Santo. Hemos corroborado nuestra tesis, examinando con el debido asesoramiento técnico de prestigiosas personalidades en la materia, pruebas sólidas sobre ello".
Haciendo honor a la realeza, Alfonso X pasó de nuevo por el quirófano-taller. La última vez en el Museo Arqueológico de Jerez, siendo María del Carmen Martín Mochales la última persona que le "dio" la mano.
Consideraban que sobre la puerta del convento de Santo Domingo estaba la estatua de Alfonso X el Sabio: Sebastián Marocho (1741); un autor anónimo (1790); Joaquín Portillo (1839); El Guadalete (1856); la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jerez (1860). Otros opinaban que esa estatua, además, es la que está en el Alcázar actualmente: José Soto y Molina (1919); Hipólito Sancho de Sopranis (1964); Juan de la Lastra y Terry (1964); Rodrigo de Molina (1988), aunque este considera que hay un cambio de personalidad.
NOTAS.
1. PORTILLO, Joaquín, Noches Jerezanas (…), Tomo Segundo, Jerez, Imprenta de D. Juan Mallen, 1839, p. 98. Es el mismo largo texto que ya anotamos de Sebastián Marocho.
2. MOLINA, Rodrigo de, La Alameda Vieja (IV), Diario de Jerez, 15 de agosto y 4 de septiembre de 1988.
3. AMJF, SEAPJF, Leg. 10, Exped. 715, Establecimiento de una Cátedra de Dibujo Lineal y de Adorno. 1860.
4. GUTIÉRREZ, Bartolomé, Historia del estado presente y antiguo de la mui noble y mui leal ciudad de Xerez de la Frontera, Jerez, Ed. B.U.C., Libro IV, p. 184.
5. LASTRA Y TERRY, Juan de la, Alfonso X y la vida monástica. Jerez, cuna de conventos en la provincia, La Voz del Sur, 9 de octubre de 1964, p. 4.
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