El 63 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida continúa su programación con La bella Helena, una opereta francesa de Jacques Offenbach, considerada el germen de la comedia musical, que del 2 al 6 de agosto llenará el Teatro Romano emeritense de "frivolidad y diversión".

Ricard Reguant dirige esta adaptación para un público familiar, junto al dramaturgo Miguel Murillo, de una obra que solo se ha representado una vez en Mérida hace 22 años, en 1995, y que traerá "alegría" entre tantas tragedias, según ha destacado su director, que ha roto una lanza por un autor "muy poco conocido" en el país. Jacques Offenbach tuvo la "osadía" de crear un tipo de opereta distinta y sarcástica, que ponía de manifiesto las "taras" de la sociedad de la época, lo que no gustó a las elites intelectuales de entonces que bautizaron su obra como "ópera bufa", en tono "peyorativo".

Reguant ha adaptado para público familiar la obra de Offenbach

Con sus "ojos transgresores", él se burlaba de todo, ha añadido Reguant, según el cual el autor creó La bella Helena para poner de manifiesto la "exaltación" del ménage á trois, una situación amorosa que él mismo vivía en aquel momento.

Un elenco de quince intérpretes (Gisela, Leo Rivera, Rocío Madrid, Cata Munar, Graciela Monterde, Marta Arteta, Clara Alvarado, Tamara Agudo, Javier Enguix, José Antonio Moreno, Joan Carles Bestard, Cayetano Fernández, Pablo Romo, Javier Pascual y Mikel Hennet), más un coro de 10 bailarines, darán vida a este espectáculo. El mismo comienza con el torneo para descubrir cuál de las tres diosas del Olimpo es la más bella: Atenea, Afrodita o Hera.

Gisela, que interpreta a Helena, y que pisa por primera vez el escenario del Teatro Romano, se ha mostrado muy feliz con este proyecto que le permite explorar nuevas facetas artísticas con un personaje "divertido, sensual y pícaro", y que hará disfrutar al público de "momentos mágicos e inolvidables".