Crítica

Noche de triunfos en el Villamarta con 'La flauta mágica'

  • El Teatro repone la obra de Mozart, revitalizada y con un elenco muy equilibrado y empastado, muy bien acompañado de la Orquesta de Córdoba

Un instante de la representación de 'La flauta mágica'

Un instante de la representación de 'La flauta mágica' / Miguel Ángel González

De la oscuridad a la luz, señalando constantemente el camino hacia los buenos ideales, 'La Flauta mágica' de Mozart, es un verdadero drama musical, anunciado como cuento para niños, pero embebida del iluminismo del siglo XVIII. Diseña personajes fantásticos y a la vez rezuma humanidad acercando nobles y villanos, cualificándolos como hombres. Y Mozart no olvida a la mujer, que tratada como una “hermana” más, tiene que someterse a las pruebas del amor, que debe superar, en un mundo en el que en principio, sólo los hombres adquirían la condición de “iniciados” tras superar las pruebas del agua y del fuego.

En 'La flauta mágica' se reconocen fácilmente los esbozos del pensamiento masónico incipiente en Centroeuropa, ya que Mozart los conocía bien de primera mano: rituales, valores y la luz y el Sol frente a la oscuridad. Mozart incluye una y otra vez el divino número tres, desde las tres damas, a los tres niños, los tres templos y las tres pruebas que debe superar Tamino para ser un verdadero iniciado. Musicalmente, en la partitura también aparece el número tres en algunas sucesiones de acordes.

'La Flauta Mágica' no ha perdido actualidad como ópera pese al transcurso de los siglos, porque además, su música es sencillamente maravillosa.

La producción villamartina 2020 de 'La Flauta Mágica' es en gran parte responsabilidad de Paco López, que ha sabido revitalizar la producción del año 2007, y dotarla con un reparto artístico muy equilibrado y empastado.

Y comenzaré por alabar el trabajo de Carlos Domínguez Nieto, quien dirigió a la Orquesta de Córdoba, en mi opinión francamente bien, dando aire a los cantantes y consiguiendo sacar lo mejor de las secciones de cuerda y viento-madera de la formación cordobesa. Muy bien.

Y el esperado debut en España del tenor mejicano Leonardo Sánchez, que hizo un extraordinario trabajo asumiendo el papel de Tamino, uno de los personajes centrales de esta ópera. Su voz es sumamente agradable, y proyecta muy bien. Me convenció en la tercera escena del primer acto. El personaje lo ha trabajado a conciencia, pese a su juventud, y su recompensa ha sido triunfar en Jerez. Un gran acierto del Villamarta el de acoger este debut español de un tenor, que seguro conseguirá metas muy altas en el panorama operístico. Muy bien.

El público villamartino se dejó encandilar por el personaje de Pamina, estupendamente cantado e interpretado por la soprano sevillana Rocío Ignacio, que comienza este año 2020 con un rotundo triunfo en el coliseo Jerezano. Muy bien en su primer dúo con Papageno en la segunda escena del primer acto y también en el aria final de la escena cuarta del segundo acto 'Ach, ich fül’s'. Muy bien.

El barítono barcelonés Manel Esteve se mueve como pez en el agua en el papel de Papageno, pese a ser un cazador de pájaros. Tanto en lo canoro, como en lo actoral cuajó una actuación muy buena. Junto con las tres damas: Lucía Tavira, Leticia Rodríguez y María Ogueta, bordaron el quinteto del primer acto.

La soprano italiana Vittoriana de Amicis encarnó a la Reina de la Noche, y dejó una muy buena impresión cantando la conocida aria de la tercera escena del segundo acto, que el público aplaudió.

El bajo Stefano Palatchi, barcelonés, dio vida a Sarastro interpretando muy bien el conocido aria 'In diesen hein’gel hallen' de la tercera escena del segundo acto. También tuvo su parte de éxito la soprano de Ronda, Alba Chantar, encarnando el papel de Papagina, la pareja operística de Papagino.

Y no quiero pasar por alto el trabajo de los tres niños (niñas en la representación del pasado viernes) Julia García-Pelayo, Ana Rocío Gascón y Mª Carlota Rodríguez, todo un reto para estas aplicadas estudiantes que estuvieron a la altura de esta representación de una de las más conocidas óperas de Mozart.

El Coro del Villamarta, en las escasas ocasiones que le reserva esta partitura, estuvo muy correcto y con buena coordinación escénica.

Una producción villamartina de la Flauta Mágica muy compacta y equilibrada para comenzar con buen pie el año 2020 que nos recordó el sabor de las mejores temporadas de ópera en Jerez.

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