Además del famoso brandy Centenario del marco de Jerez nos estamos poniendo de moda por el centenario de la Faraona, aunque sean muchas otras las dichas y desdichas centenarias que podemos celebrar de vez en cuando. Lo cierto es que dentro de otros cien años estaremos celebrando el centenario de los momentos actuales de nuestra época.

Seguramente seamos pocos los que lo veamos y disfrutemos de las celebraciones digitalizadas, que, por otra parte, serán la mayoría. Entre todos los festejos y actos que presumiblemente se pondrán en marcha para la ocasión destacarán los que harán mención al discurrir de la vida del siglo veintiuno de nuestra era y que contendrá eventos inolvidables.

La pandemia de Covid será recordada especialmente, pero habrá otras muchas efemérides importantes. Se celebrará el centenario de aquellos alcaldes y alcaidesas faraónicos que tuvieron que estar entre rejas, de planes de ordenación urbana que desordenaron el centro histórico, de carreteras peligrosas que separaban las pedanías de la ciudad, de palacios de congresos fantasmagóricos derruidos, de centros de salud y hospitales decimonónicos sin actualizaciones, de flotas de autobuses urbanos celebrando el bicentenario, del adoquinado del medievo por las calles principales y de una red de alcantarillado y aguas con tuberías inglesas a punto de cumplir, ya en el siglo veintidós, el tricentenario.

Serán frecuentes las odas poéticas en Twiter a las trifulcas entre los políticos de la época, se escribirán sonetos en Instagram a las cifras de paro de la ciudad, Facebook parecerá arcaico y las redes sociales se verán como obsoletas. Se representarán imágenes virtuales ambulantes con hologramas de los personajillos jerezanos de los años postpandemia y se hablará de ese pasado con la añoranza de los pendrives, los dvds y el VAR para hacer repeticiones de todas las faltas de respeto cometidas en las décadas en las que se perdieron los valores primordiales.