El crecepelo

Entre las tendencias más negativas de nuestra sociedad, el autor expone su malestar porque se busquen genios más allá de nuestras fronteras, cuando los tenemos enfrente. Hay prodigios sin apellidos exóticos que viven muy cerca y no caemos en la cuenta

Homenaje al científico José Manuel Carbajo. Homenaje al científico José Manuel Carbajo.

Homenaje al científico José Manuel Carbajo. / © PepePartum

Quedarse calvo de tanto pensar, no es más que un tópico discutible. Menos controvertido resulta afirmar que, cien años después de llegado al mundo, si vives para contarlo, tu cabeza podría asemejarse, más o menos, a una bola de billar. Siempre que se alude a la relevante zona que llevamos encima de los hombros, es para referirnos a cuestiones estéticas, o de inteligencia y también, cómo no, por razones capilares. De ahí surgen ingeniosas expresiones coloquiales y aforismos  como que “tomar el pelo, no es lo mismo que cortarlo”, “hombre cabezudo, poco sesudo”, “en chica cabeza, caben grandes ideas”, o “cabeza casposa, poco piojosa”, frases surgidas de mentes privilegiadas que cultivaron algo más que pelo.

En general, solemos buscar genios más allá de nuestras fronteras, cuando los tenemos enfrente y no caemos en la cuenta. Sirva como ejemplo palmario una experiencia personal relacionada, precisamente, con el cuero cabelludo. Durante 20 años usé un champú para el cabello graso de una prestigiosa marca francesa que, súbitamente, dejó de comercializarse. Buscando sustituto sin ir más lejos, consulté a una eminencia en la materia, como lo es el científico jerezano José Manuel Carbajo, que me ofreció tres productos de distintos fabricantes. Probé todos ellos, pero ninguno tenía parangón con el que llevaba usando toda la vida, compuesto esencialmente por mirto y cultivado al parecer en Marruecos. Llegados a ese punto, mi prestigioso amigo, doctor y farmacéutico, experto en perfumes, formulaciones cosméticas e hidrología, propuso un champú que él mismo elabora para un afamado grupo de dermatólogos. Y mira por dónde, logré gritar ¡Eureka!

Aunque apenas trascienda, desde diversos confines del mundo suelen reclamar a ‘Josele’ Carbajo para estudios de aguas medicinales y balnearios, o para versar en Japón sobre exquisitas formas de crear un perfume, jabón o gel de baño. Arquetipos como el suyo demuestran que no debemos hacer caso a vendedores de crecepelo por el hecho de tener apellido exótico, ni pensar que todas las invenciones son de los señores Apple, Samsung o Amazon. Aquí mismo también tenemos cabezas pensantes...

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.

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