Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Este derecho aceptado por la mayoría de los ciudadanos, tiene su origen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su enunciado 11: "Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se apruebe su culpabilidad…" Las pruebas de acusación deben ser definitivas para sentenciar la culpabilidad. Pero en la Inquisición española se partía de lo contrario: había que demostrar su inocencia, dar pruebas de inocencia, y mientras no fuera así, se era culpable.

El mundo al revés. En una cadena de televisión le han hecho una entrevista de de J.M. Aznar y aún se reafirma en la posición de armas de destrucción masiva para hacer la guerra en Irak, y que detrás de los crueles atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid estaba ETA. Presionó a los directores de periódicos, presión a los medios de comunicación del ministro Acebes; y aún insisten, no se reconoce la inocencia.

No hay pruebas. Los hechos objetivos no valen nada ante la apelación a las emociones o las creencias. Lo mismo ocurre con el juicio posterior del golpe de estado del 23.02.1981.

Se acusa de participación a la monarquía. No hay sitio para la presunción de inocencia. Siento que algunos compañeros míos de la amplia izquierda actúen como Aznar y Trump. La inquisición civil.

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