Análisis

j.m. morillo-león

Lemon pie con cuatro besos a distancia de Lola Índigo

Como estamos de clara desescalada, qué mejor que un postre que vamos a llevar con toda ilusión a la granadina localidad de Huétor Tájar en cuanto podamos pasar de fase, para entregarle esta tarta de limón a la cantante de 4 besos, Lola Índigo. Serán besos con mascarilla y a distancia, pero se merece todo nuestro reconocimiento la joven cantante, diva en ciernes y referente musical de los hermanos pequeños de los millennials, que se llevó el EMA MTV de España en Sevilla. Qué lejos queda ya todo. Fue la primera en caer en OT 2017 y ahí está. Lo de sobrevivir o no en un reality o en un talent está sobrevalorado. Venga, vamos a hacer un lemon pie con base de galletas y una crema al estilo inglés, mezcla que sabe conjugar Mimi (Miriam), nombre de andar por casa de Lola.

Picamos medio kilo de galletas doradas y lo mezclamos con unos 100 gramos de mantequilla derretida. La mezcla la vamos extendiendo por el fondo de un molde bajo para hornear. Si es rígido, mejor colocamos antes un papel de horno. Con esta base ya podríamos cubrirla con una crema de queso o una crema pastelera con compota (o campota) de frutas tropicales granadinas. Si a los de Huétor Tájar les hace ilusión les llevamos variedades de tartas y que ellos se la repartan.

Para la crema de la tarta de limón necesitaremos media docena de huevos, 340 gramos de azúcar, 85 gramos de harina de maíz, 40 gramos de mantequilla, 200 mililitros de zumo de limón de Vegas del Genil (y la ralladura de la piel de uno de esos limones) y 50 mililitros de agua de Sierra Nevada. Para la cobertura del merengue que se gratinará, 4 claras de los huevos de la crema y 50 gramos de azúcar, más un almíbar formado por 100 gramos de azúcar y 50 mililitros de agua.

Vamos entonándonos con Yo ya no quiero ná y nos tomamos una copita de Pedro Ximénez. Con las yemas de los cuatro huevos separados añadimos dos huevos enteros. Mezclamos y agregamos el azúcar y posteriormente la harina. En una cacerola calentamos el zumo y la ralladura, agua y mantequilla. A ese jugo tibio le añadimos la crema y lo batimos con varillas y dejamos unos diez minutos a fuego bajo (algo incompatible con el reggaetoníndigo).

Será el momento del merengue. Del dulce, no del baile. Llevamos las claras a punto de nieve en la batidora, añadimos azúcar y posteriormente el almíbar atemperado, en forma de hilo.

Esto está casi listo. Extendemos la crema y dejamos enfriar. Cubrimos con el merengue con cierto arte, formando copos con la manga. Es el momento de gratinar fuerte durante unos minutos. El tiempo: la mitad de cualquier canción de nuestra homenajeada. Y ya estamos cogiendo el coche y llevándole el lemom pie a Huétor Tájar.

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