¡Ahí estamos!

03 de noviembre 2025 - 03:05

Recuerdoescuchar a mi padre y sus amigos, cuando yo era pequeño, hablar de la Tercera División de antaño. Según ellos, plagada de grandes equipos y grandes plantillas. El actual sistema de competición, con dos grupos en Primera RFEF y solo cinco en Segunda RFEF, ha provocado que aquella Tercera de antaño que decía mi padre sea hoy una nueva realidad en esta Segunda RFEF. Ya no solo por los nombres de los equipos -en el grupo del Xerez están históricos como el Recre, Jaén, Extremadura o Melilla, por solo citar unos cuantos clubes-, si no que atendiendo a la clasificación tras nueve jornadas, es decir, un cuarto de competición, en la lucha por estar situado en la zona noble del grupo están casi la mitad de los equipos que participan.

De la forma que está estructurada la competición, salvo que quedes primero, por muy buena temporada que hayas hecho, todavía te quedará la parte más estrecha del embudo por atravesar para acceder a la nueva Segunda B, con tan solo dos grupos en vez de los cuatro antiguos y su nueva nomenclatura de Primera RFEF.

Por muy histórico que seamos, que lo somos, ya el año pasado nos dimos un nuevo baño de realidad cuando a mitad de temporada muchos exigían el ascenso y casi lo celebraban. Históricos sí, nadie puede robarnos los casi ochenta años de existencia, pero al mismo tiempo éramos novatos en la categoría tras haber ascendido la temporada anterior.

Hace unos días escuché al presidente del Xerez decir algo así como que ni al principio de esta campaña éramos tan malos, ni después de tres victorias consecutivas nos habíamos convertido en el mejor club de la categoría. Frente al Linares se ha puesto de manifiesto que el Xerez tiene equipo para competir, pero en el momento que te relajes lo más mínimo, des un paso atrás, te creas superior, cualquier rival te puede hacer daño.

Decía Galiano en la previa que el Xerez no podía salir a especular con el resultado y así fue, pero tras el gol la cosa cambió. Luego, tras el empate del Linares tuvo la capacidad de volver a ponerse por delante en el marcador, pero ya fuera el empuje del conjunto local o el interés de mantener el resultado por parte xerecista, el caso es que terminó con el resultado final de empate a dos.

Si algo ha aprendido este club es que cualquier opción de éxito pasa por el esfuerzo diario y colectivo, exento de egos, con grandes dosis de paciencia y teniendo un plan a nivel táctico y estratégico en el que todos crean. Todo hace indicar que el Xerez de esta temporada cumple con dichos requisitos y encima tiene una afición que está apoyándole de manera incondicional y masiva. Así que dejemos que vaya avanzando jornada a jornada. De momento, estamos entre los equipos llamados a competir por lo máximo, pero sin caer en la arrogancia o en la prepotencia que, por experiencia, los xerecistas ya sabemos a donde nos suele condenar.

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