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Este año se cumplen cincuenta años de la primera salida procesional de hermanos costaleros de mi querida Hermandad de la Triunfal Entrada en Jerusalén llevando por primera vez sobre sus hombros la bendita imagen de Cristo Rey a lomos de “La borriquita”.
Todo empezó en el año 1973, año en que salió la primera cuadrilla de hermanos costaleros en la Hermandad de los Estudiantes en Sevilla, llevando sobre sus hombros la bendita imagen de sus devociones.
Yo era (y sigo siéndolo) un gran admirador de José Alfonso Reimóndez “Lete”, tanto de su faceta cofrade, humana y como artística y he aprendido mucho de él en muchas cosa, sobre todo en el tema cofrade, por lo que puedo decir, sin ninguna duda y con gran orgullo, que fue mi iniciador y maestro a grandes asuntos cofradieros.
Era el mes de Octubre de ese año (yo entonces era muy joven, pero con gran inquietud en las Hermandades y era como una esponja que absorbía todo lo que podía y porque tenía una gran sed de aprendizaje) cuando “Lete” me invita a ir a Sevilla a ver un ensayo de los cofrades costaleros de la Hermandad de la Buena Muerte de Sevilla.
NO dudé en ir con él y lo acompañé en dos ocasiones en la que vimos cómo se desarrollaba aquello, que era como algo desconocido, pero admirado por muchos cofrades, y a través de los contactos que él tenia en Sevilla, nos explicó como lo habían hecho.
Cuando yo lo vi quede admirado y enamorado de aquello que resultaba novedoso, sin ninguna duda, porque estábamos viendo algo histórico, como era el que hermanos de una Hermandad llevaran sobre sus hombros las benditas imágenes de sus amores y devociones.
Personas que no estaban acostumbrados a ejercicios pesados ni trabajos penosos (en cuanto a carga pesada) y eran estudiantes, profesores, profesionales de distintas materias, etc., personas iguales que nosotros que nunca se habían metido debajo de un paso.
Y aquello se me quedó grabado y en la Semana Santa del año siguiente, o sea en 1974, intenté que, por todos los medios, aquella ilusión saliera adelante (en aquellas fechas ya pertenecía a la Junta de Gobierno de mi Hermandad), cosa que me costó un gran esfuerzo y “cabezonería” el intentar convencer a mis hermanos que, nosotros, al igual que los de Sevilla, también podíamos hacer los mismo. También hubo que convencer al capataz que entonces llevaba nuestro Paso, Juan García, “El Gorrión” maestro de capataces y de una dinastía, y que no fue fácil, ni mucho menos, “venderle esta locura” y convencerlo para que fuera el primer capataz de nuestra cuadrilla de “hermanos costaleros”.
No pudimos conseguir que, en la semana Santa del año 1974, fuésemos los hermanos de la Hermandad los costaleros que llevaran sobre sus hombros a la Imagen de sus amores y devociones en su Estación de penitencia.
Y en la primera convocatoria no logramos reunir a los 40 hermanos necesarios para formar esa primera cuadrilla y llevar sobre nuestros hombros el paso de Cristo Rey montado en su “Borriquita”, el titular de nuestra Hermandad, el domingo de ramos de ese año.
Fue en el año siguiente, en 1975, cuando por fin, conseguimos nuestro sueño de formar la primera cuadrilla de “hermanos/cofrades costaleros” de nuestra/mi Hermandad.
Fuimos la segunda hermandad que inició algo tan histórico como el que los hermanos de nuestra Hermandad, se colocasen “la molía” y llevasen sobre sus hombros el paso de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén. La primera en lograrlo fue la Hermandad de Las Angustias, quien, en el año 1974, consiguieron ese sueño compartido con mi admirado y querido “Lete”.
Muchas y frías noches del mes de enero, y los meses siguientes, hasta la Semana Santa de ese año, en marzo, los que nos veíamos allí, puntualmente, para comenzar los ensayos, que hasta tres días a la semana se hacían, para ponerse a punto para esa durísima tarea que nos habíamos comprometido.
Por supuesto lo logramos y viene a mi memoria momentos inolvidables los vividos debajo del paso. Debajo de un paso se pasan duros y malos momentos, pero los buenos, la camaradería, el compañerismo, el sentimiento de Hermandad, supera con mucho esos difíciles momentos y afortunadamente quedan el recuero de los buenos.
Hoy los costaleros (se ha perdido lo de cofrades/hermanos) siguieron los pasos de aquellos costaleros incipientes y de aquella semilla hoy hay una realidad que es muy diferente al concepto con el que iniciamos y creamos aquellas cuadrillas.
NO digo que sean mejores ni peores los actuales, en comparación con los que acometieron ese sueño, sino que es algo muy diferente y creo que no se puede negar que, gracias a aquellos que nos ilusionamos y promovieron esa idea de ser los hermanos de cada Hermandad los que llevaran sobre sus hombros a sus Titulares se haya llegado hasta lo que es hoy.
Lo hago como referencia histórica, ya que muchos de los que son hoy costaleros, seguro que no saben o no tiene ni idea de el porque hoy existe este movimiento cofrade, que sería para comentar en otro artículo.
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