Nada que decir

Con los particulares meses que arrastramos por el devastador virus del Covid-19 y un astro rey que evita dar tregua estival, el autor sostiene que las neuronas tienden a la hibernación o se van de vacaciones, quién sabe dónde

Caracoles estivando. Caracoles estivando.

Caracoles estivando. / Jesús Benítez

Verano es la estación menos fecunda para escribir, al menos en mi caso. Puede que las musas sigan visitándote, pero resulta harto difícil motivarse a plasmarlo negro sobre blanco. El calor agota y bloquea, fomentando la holgazanería o desidia. Salvo a la siesta, a poco más se le rinde culto. Solo se animan al canto las cigarras y gallos monotemáticos. Hasta los caracoles rehuyen estos periodos de sequía aletargando con la estivación, sellan sus puertas al mundo exterior y esperan inertes las bondades del otoño, adheridos cual enjambre de gasterópodos a las vallas del camino. En plena cólera solar, como mucho dibujas ideas abstractas sobre la arena, a orillas de mares reparadores, o en su defecto bajo una ducha.

Sostenía el magistral Francisco Umbral que "escribir es la manera más profunda de leer la vida". Pero sucede que en este momento 'apocalíptico' que vivimos, y con el astro rey sin dar tregua, las neuronas adelantan la hibernación al estío. Basta con observar lo que ofrecen algunos medios de comunicación, para confirmar que informarse, la lectura o pensar cansan. Ya lo dejó claro en 1979 la banda de rock Topo, describiendo el típico tedio de estos tiempos víricos bajo rayos uva volcánicos, con una canción que decía así: "Como cada día compro el periódico aún sabiendo que nada nuevo encontraré. Otra estúpida guerra, un alcalde que dimite... El primer premio acaba en dos, nunca me toca la lotería, de una critica pedante sobre un libro que va a salir. Una mujer maltratada por su marido, un chiste agudo sobre el gobierno que nada va a solucionar. Como cada día compro el periódico, aún sabiendo que el crucigrama es lo mejor".

Curiosamente, este grupo musical provenía de Asfalto, formación que sacó a la luz otro tema tan memorable como su estribillo: "Ven Capitán Trueno, haz que gane el bueno. Ven Capitán Trueno, que el mundo está al revés". Aunque la letra que mejor resume de ellos la complejidad para comunicarnos versa asÍ: “Algunas veces he tenido que hablar sin quererlo hacer y en un momento tuve que elegir algo por decir. Mi voz ocupó un lugar que no mereció. Hubiera preferido ser simplemente espectador. Algunas veces he perdido el tiempo frente a un papel, con un lápiz en la mano divagando. Qué estúpida situación, aquél no era yo. Y sin embargo tuve que pasar por ello. Nada que decir, nada que decir. Y sin embargo sé que alguien espera algo de mí"…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.

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