Los nobles, como signo de propiedad absoluta, tenían el derecho a mantener relaciones sexuales, de acostarse, con la muchacha que iba a casarse en su feudo. Eran dueños de la vida, las tierras, los animales. No todos eran iguales ante la ley. Los campesinos labraban la tierra alquilada a los señores, la caza era de los nobles, la justicia estaba en manos del rey. Siempre hubo luchas por conquistar algunos derechos. La creación de la ciudad, "los burgos", y sus trabajos, significó el nacimiento de la burguesía. La toma de la Bastilla, posteriormente la revolución en Rusia, cambió el panorama de la relación noble-siervo. Pero las dictaduras, Franco, Hitler, Mussolini, restauraron la misma relación. "Franco, tuya es la hacienda, la casa, el caballo y la pistola…"escribía León Felipe. Es larga la sombre de la dictadura. La presidenta de Madrid, Sra. Ayuso, declaraba que no todos somos iguales ante la ley. "¿Qué se cree?" Juan Carlos I, lo dice pero no lo practica. La democracia ha arreglado algo, pero falta mucho camino. A un sindicalista de una gran bodega de Jerez, ante las reivindicaciones del jurado de empresa, el gerente puso su pistola en la mesa y le dijo: "Aquí mando yo". La mentalidad de "…por la gracia de Dios", perdura en la derecha extrema económica y militar, y en la mayoría de la jerarquía eclesiástica.

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