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Análisis

Juan Antonio Vital Santos

La dignidad humana según el papa Francisco

Con motivo del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, al que tiene como prefecto el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, un prelado de la máxima confianza del Santo Padre, ha publicado recientemente una nueva declaración con el título “Dignitas infinita”.

Este documento magisterial nos ofrece una continuidad doctrinal sobre los elementos antropológicos que hunde sus raíces en una visión teológica sobre la creación que acontece en nuestra humanidad. La declaración presenta un elenco de algunas violaciones graves de la dignidad humana que la Iglesia siempre ha denunciado, es decir todo lo que va en contra de la vida misma, como cualquier tipo de asesinato, genocidio, aborto, eutanasia, esclavitud, deportaciones, pobreza, violencia contra las mujeres, mercado de mujeres y jóvenes, o incluso las ignominiosas condiciones de trabajo con las que se trata a los trabajadores.

En la misma línea de continuidad con sus antecesores, como fueron Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, junto a toda la teología que la Iglesia ha enseñado a lo largo de los siglos, el Papa Francisco nos recuerda una visión cristiana muy necesaria de la dignidad de todo ser humano. A pesar de la decepción de muchos pensadores e ideologías partidistas que ofrecen una visión de la realidad distópica y que esperan que la Iglesia renuncie a verdades que son elementos constitutivos de nuestra razón de ser como comunidad de creyentes.

Por eso, podemos leer en este documento cómo la condena del aborto es muy clara si: «entre todos los crímenes que el hombre puede cometer contra la vida, el aborto provocado tiene características que lo hacen particularmente grave y deplorable» y se recuerda que la «defensa de la vida no nacida está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano” (47). También hay un fuerte no a la maternidad subrogada, «a través de la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto», una práctica «que daña gravemente la dignidad de la mujer y de su hijo... La lista menciona luego la eutanasia y el suicidio asistido, definidos confusamente por algunas leyes como “muerte digna”, recordando que “el sufrimiento no hace que el paciente pierda la dignidad que le es intrínseca e inalienable” (51).

Pero sobre todo el Papa Francisco a través de este documento critica la teoría de género que tanta difusión tiene en la sociedad de hoy y también por desgracia en muchos católicos e instituciones religiosas que lo confunden como un avance en los derechos humanos... En los fundamentos de una antropología teológica cristiana el documento “Dignitas infinita” nos dice que la teoría de género “es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en la pretensión de hacer a todos iguales” (56). La Iglesia recuerda que “la vida humana, en todos sus componentes, físicos y espirituales, es un don de Dios, que debe ser acogido con gratitud y puesto al servicio del bien. Querer disponer de uno mismo, como prescribe la teoría del género... no significa más que ceder a la antigua tentación del ser humano que se convierte en Dios” (57)

Desde estas líneas, quiero invitar a leer y estudiar este documento. Tener conocimientos y criterios más profundos de las líneas pastorales que el Papa Francisco nos ofrece y no dejarnos llevar por eslogan de redes sociales y por frases que suenan muy bien pero que muchas veces sacadas de contextos no reflejan la verdad del magisterio del Papa Francisco. Porque muchos dicen que son del Papa Francisco, pero muy pocos son los que leen sus escritos y sus homilías.

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