Palo y zanahoria

06 de octubre 2025 - 03:06

Ahoraque tanto se habla de culturas más o menos afines, se me viene a la cabeza algo muy afín en la cultura de la mayoría de los pueblos, no ya solo de nuestro tiempo, sino de hace siglos y siglos. El que manda, el rico, el señor, curiosamente habían pocas señoras, pero haberlas las había y hoy en día también haylas. El caso es que fuera la orientación política o religiosa que fuere, la enseñanza, convencimiento, alienación o adoctrinamiento, tenía y tiene un apoyo estratégico clave en la táctica/técnica del palo y la zanahoria, apoyado en una adecuada divulgación y propaganda pública. Este recurso metafórico nos describe una forma de castigar o recompensar para evitar ciertos comportamientos, pensamientos, opiniones o para inducirlos según el caso. El palo es el castigo, la zanahoria es la recompensa, pero nunca olvidemos que el objeto al que metafóricamente se le aplica es a un burro.

Frente al Estepona el Xerez jugó un pésimo partido en Chapín. En el último suspiro, como si de una ‘dejá vu’ se tratase, acabó perdiendo y en ese contexto de decepción y cabreo generalizado, el presidente de la entidad, según he leído, bajó a vestuarios y echó una monumental bronca a la plantilla, que curiosamente trascendió con bastante rapidez a la opinión pública. Viendo como está el mundo y el ejemplo que nos están ofreciendo día sí y día también, la bronca del presidente xerecista es lo de menos, pero mi pregunta es ¿ha servido para algo más allá de vanagloriar el ego de Titín? Viendo el partido ante el Melilla, el desarrollo del juego, de poco sirvió el palo, eso sí, siendo resultadistas, viendo el resultado final de empate a uno, pues a lo mejor convence a alguien.

Yo prefiero quedarme con las palabras de la pasada semana de Juan Pedro Ramos, aunque la mayoría le conocen en el mundillo futbolístico como el Pirata, quien rebajó la crispación mandando el siguiente mensaje: “Los resultados van a llegar, hay que tener paciencia”. A los jugadores, a las personas hay que exigirles esfuerzo, compromiso y responsabilidad, pero cada día tengo más claro que con el grito, el desprecio, el miedo, a largo plazo, no se consigue nada.

El Xerez ha empezado mal esta temporada, pero aún peor si tenemos en cuenta las ínfulas de grandeza que históricamente nos solemos crear y es ahí donde perdemos la adecuada vara de medir de la realidad del equipo. Es como si a nivel ciudad, nuestros dirigentes se empeñan en convertirnos en capital de todo. Luego, cuando los servicios públicos dejan que desear, el ciudadano de a pie percibe una dejadez desmesurada e inaceptable. El Xerez tras estar a punto de desaparecer, jugando en la categoría más alta de los últimos diez años, por segundo año. Su primer objetivo debe ser la permanencia y una vez garantizada, el objetivo sería el ascenso, pero nunca al revés. Menos palos, que los burros no piensan. ¡Ah! Ya queda un punto menos para la salvación.

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