Sin un plato de comida

19 de junio 2025 - 03:05

Alas puertas de tener que pagar con euros digitales y de teletransportarnos a nivel virtual tenemos que ser testigos ojipláticos de cómo los presidentes no comen por falta de tiempo o porque se le ha cerrado el estómago. No sabemos lo que hay detrás de todo lo que vemos ni por asomo. Parecía que el primer cuarto de siglo actual iba a traer la modernidad de pensamiento y el liberalismo más sensato con valores enraizados convenientemente y con una nueva forma de civilización. Pero no, la realidad nos despierta cada día con novedades propias del Austrolopitecus de siempre. La avaricia, el egoísmo, la prepotencia y la falta de educación siguen presentes en las batallas diarias. El hombre, aunque no aprende, se retrata siglo tras siglo. En cualquier ámbito y a cualquier nivel. Y lo peor es que los actores protagonistas se creen más listos por engañar a los espectadores o robar sin miramientos. Y lo mejor, es que esas tramas organizadas siempre se acaban sabiendo aunque, por desgracia, nos enteremos al cabo de los años. Cualquiera sabe lo que se estará cociendo hoy mismo en algún despacho de algún consistorio, en la mesa de alguna oficina de algún banco o en la sobremesa de cualquier restaurante, o sin ir más lejos, entre los dos de la mesa de enfrente, el que acaba de saludarnos con desidia o esa persona que nos está mirando desde la acera, utilizando el poder, el tráfico de influencias, la información privilegiada o el cohecho para dar mordiscos, poner la mano o llenarse el bolsillo de atrás. De lo que ahora se esté tramando tendremos noticias en cuatro o cinco años, y así el ciclo del zoo continua. Tanto buitre y tanta carroña dan náuseas. Hasta que los valores positivos de lo público no se asienten en la educación de los ciudadanos metidos a políticos, tendremos que seguir asistiendo a todo este circo. Parece innato al poder de cualquier tipo.

También te puede interesar

stats