Amigos de Putin y Daniel Ortega

El PCE felicitó al dictador por su victoria de 2021, igual que defiende a Lukashenko o a la política de Putin sobre Ucrania

No tiene suerte Nicaragua. Salió de la dictadura hereditaria de la familia Somoza y ha acabado siendo otra dictadura familiar, la del viejo revolucionario Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. La pareja está liquidando a la oposición. Ha deportado, retirado la nacionalidad nicaragüense y confiscado sus bienes a más de 300 líderes democráticos: seis candidatos presidenciales, empresarios, escritores, periodistas, sacerdotes, campesinos o estudiantiles. El obispo Álvarez Lagos se negó a abandonar el país y lo han condenado a 26 años de cárcel. Bianca Jagger ha hecho un alegato en defensa del prelado y ha reprochado al Papa Francisco que tardara seis meses en defenderlo tras su detención. Contemporizar con regímenes autoritarios no es buena estrategia.

El ministro de Exteriores ha ofrecido la nacionalidad española a los deportados. El Gobierno tiene el alma dividida en este caso, como en otros. El Partido Comunista de España defiende a Daniel Ortega y celebró su victoria en las elecciones de noviembre de 2021, consideradas una farsa por la UE y la Organización de Estados Americanos. Durante esa campaña, el dictador detuvo a seis de los candidatos e inhabilitó al resto. Organismos independientes cifraron en el 19% la participación en los comicios, mientras la cifra oficial fue del 65%.

Sin embargo, el PCE tuvo una visión distinta. Felicitó al Frente Sandinista por su victoria y pidió a EEUU y la UE que respetaran los resultados: "el pueblo nicaragüense votaba por seguir defendiendo su soberanía o por la opción injerencista patrocinada por EEUU; se ha impuesto la voluntad popular de rechazar las intentonas golpistas". Esa declaración está en la página web pce.es, junto a elogios similares al dictador bielorruso Lukashenko o apoyar desde 2014 la posición de Putin sobre Ucrania. Lo que explica la posición pacifista de Unidas Podemos, contraria a armar al agredido en la guerra.

Al menos dos ministros del Gobierno que quiere conceder la nacionalidad española a los disidentes nicaragüenses pertenecen al Partido Comunista: Yolanda Díaz y Alberto Garzón. El PCE tiene una existencia discreta, al utilizar la marca electoral de Izquierda Unida, que a su vez forma parte de Unidas Podemos y en el futuro estará dentro de la plataforma Sumar que prepara Díaz. El juego matrioskas permite que esas proclamas pasen desapercibidas, pero no convierten al PCE en un partido clandestino. Los ministros deben asumir esos manifiestos o censurarlos. No pueden ignorarlos.

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