Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Argumentos para dejar sin argumentos al ultra

20 de enero 2016 - 01:00

RECONFORTANTE soplo de aire puro el que hemos recibido leyendo la entrevista que Vanity fair le ha hecho a Raúl, Raúl González Blanco para servir a Dios y a todo el que así lo desee. Que un símbolo del madridismo como Raúl confiese que le alegra que el Barça gane la Champions es una lección de convivencia normal de la que está muy necesitada el fútbol de hogaño. Si además desvela que pasear por Barcelona es una maravilla, mejor aún.

El fútbol actual está muy necesitado de actuaciones como ésta y muy posiblemente no se producirían esos ataques a la razón que fueron el asesinato de un hincha rival en el Manzanares o, sin alejarnos demasiado, la salvaje pelea del sábado en Rochelambert entre biris y bokerones. Declaraciones como la de Raúl deberían dejar sin argumentos a esos radicales que han escogido el fútbol como percha en la que colgar unos instintos abyectos y absolutamente inadmisibles.

"Cuando el Barça gana la Champions me alegro" debe haberle chirriado por dentro al madridismo ultramontano, ese que no sólo se ubica tras la portería. Ha sido este pensamiento del ya legendario símbolo madridista una lección de convivencia, pero sobre todo de normalidad. Una manera de conducirse por la vida que facilitaría el día a día y que serviría para dejar fuera de juego a todos esos semovientes que emponzoñan el fútbol y toda su zona de influencia, que es vasta.

Raúl también le ha dado una lección a todos esos futbolistas que llevan la impertinencia en sus respectivos ADN. Gente como Piqué, Arbeloa, o Guti que incendian esas redes sociales tan proclives al incendio debería tomar ejemplo y mirarse en el espejo de un futbolista inigualable. Un futbolista que no fue el mejor en ninguna asignatura en particular, pero que da a diario una lección de cómo ha de comportarse una persona y que abre una vía expedita hacia la normalidad.

stats