Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Jerez, 1979: Choquet, Esteban Viaña, Manolo Benítez, Falconetti y Nadiuska
AUNQUE, en un principio, el grupo estaba integrado por Rogelio López Cuenca, Jorge Dragón, Juan Antonio López Cuenca y Benito Lozano, el colectivo Agustín Parejo School siempre gozó de una estructura absolutamente libre, en fondo y forma, en continente y en contenido y, estaba abierto a las inquietudes de todos aquellos que tuvieran una idea distinta del arte y del artista y supieran establecer diferencias con la práctica al uso. Ha sido desde los años ochenta un colectivo auténticamente dinamizador de los ambientes artísticos y sus miembros, actuantes en un escenario artístico que necesitaba de muchos espacios alternativos, de muchas inquietudes por dentro y por fuera y, por supuesto, de gran capacidad de convencimiento.
Desde El Equipo 57 cordobés, cuyas connotaciones artísticas no tienen nada que ver con las del colectivo malagueño, no existió en Andalucía -ni en España- un grupo artístico que actuara como tal, teniendo una clarividencia en cuanto a objetivos, modos de actuación e ideología artística.
Los Agustín Parejo, desde su aparición en 1982, actuaron conjuntamente en todo tipo de actividades, desarrollaron una obra multidisciplinar, utilizando la instalación, el vídeo, la fotografía, la cartelería, incluso, la perfomance, algo bastante raro en aquel tiempo en España, teniendo un escenario bastante localizado en la capital de la Costa del Sol y ejecutando una gran cantidad de acciones que pusieron una nota de frescura a un Arte que conservaba demasiados modos y medios tradicionales, llegando a plantear una creación distinta, transgresora, sobre todo, llena de sentido crítico, donde lo conceptual marcaba la distancias con la mera representación, donde la ironía manifestaba sus muchas circunstancias, donde la crítica social subyacía sin cortapisas y donde la propia esencia de la obra artística era puesta en entredicho gracias a unas actuaciones en las que el medio artístico y las maneras del artista eran profundamente cuestionados.
La exposición, amplia en todos los aspectos, nos enfrenta con los muchos planteamientos creativos del colectivo, con piezas y referencias visuales de muchas de sus actuaciones y de su activismo social, realidades éstas en las que se ponía en práctica acciones con un desarrollo y un desenlace absolutamente cooperativo, sin conceder supremacía a la autoría y dejando al margen de fundamentos unipersonales un Arte que busca mucho más. Una muestra que dispone al espectador al encuentro de una obra diferente porque el trabajo de los Parejo, que es tanto como decir de cualquiera que tenga algo que plantear, no ha buscado planteamientos artísticos al uso sino que son desarrollos y desenlaces de pura acción, de poner en práctica, a veces de forma drástica, de forma sutil, otras, de forma irónica con toda su doblez conceptual, siempre, actuaciones del discurso. Han planteado episodios de profunda transgresión social, poniendo en entredicho cualquier tipo de situación artística o simplemente de las muchas que acontecen en el discurrir de una sociedad con infinitos matices, muchos de ellos dignos de resaltar su evidente inconsciencia y otros de implicarse en las circunstancias de una política que, evidentemente, no facilitaba la conquista de ese bienestar largamente anhelado.
Esta comparecencia expositiva en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo del colectivo malagueño sirve para encontrarnos con piezas que, en principio, no fueran ideadas para ser expuestas sino que, simplemente, se trataban de acciones reivindicativas, de propuestas activistas, de experiencias sociales a la búsqueda de un objetivo final adecuado. El espectador se encuentra con todo tipo de lenguajes, desde panfletos, discos, objetos, fotografías, collages, banderolas, vídeos, pinturas y todo tipo de circunstancias que reflejen la realidad de un grupo intervencionista social más que simplemente artístico.
Los Parejo School son producto de una época, elementos inclasificables dentro de una conciencia artística que necesitaba muchísimo más que el simple elemento plástico y estético. En el antiguo Monasterio cartujo nos vamos a encontrar algunas de las temáticas que ha envuelto la filosofía del colectivo; así se analiza la existencia de ese espacio geográfico que es el SUR, mucho más amplio de lo que las fronteras abarcan; la realidad de la URSS, sus procesos políticos y sus circunstancias referenciales para otros horizontes; sobre todo, en lo que hace alusión a España, en general y Andalucía, en particular.
Muy importante en el contexto general de la exposición es la utilización del lenguaje como modo y medio para sus obras. Texto, frases, palabras que contienen desarrollos significantes mucho más amplios que lo que la grafía ilustra. Espacios de ambigüedad comunicativa y visual; desenlaces conceptuales que encierran irónicas metáforas, giros linguísticos con determinantes funciones semánticas, especialísimos esquemas gráficos de una idea; todo para llevar al espectador a unos medios donde se intenta establecer una emocionante inquietud y levantar el espíritu contra los inamovibles registros de lo establecido.
Importante la exposición que encontramos en los recintos de la antigua fábrica de cerámica de la familia Pitman porque asistimos a los abiertos planteamientos artísticos de unos de los grupos españoles más importantes de los años ochenta y noventa del siglo anterior y que supusieron una vuelta de tuerca a los expectantes momentos artísticos - y existenciales - que se vivían en una España que buscaba realidades más clarificadoras.
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