Cuarto de Muestras

Tal como somos

Quiero hablar del cine español, que se ensucia con tanta facilidad pero que nos ha regalado toda su grandeza

Es una paradoja que la fiesta de los goyas, inventada para premiar el cine, sirva todos los años para maltratarlo de alguna manera, desde dentro y desde fuera. Es casi tan autodestructiva como los toros. Muchos muestran su desprecio por la gala de antemano, yo no veo ese horror. Otros, esperan la boutade que borre cualquier atisbo de verdadera altura. La politización, la necesidad de imitar a los americanos que hace décadas dejaron atrás el brillo de sus verdaderas estrellas, los chistes y chistosos sin gracia, la música metida con calzador, los tiempos mal medidos, los penosos discursos y tantas otras cosas que se repiten un año tras otro sin sentido, van faltándole el respeto a ese gran arte que es el CINE en mayúsculas.

Quizás, la industria, porque el cine también es negocio, no es capaz de mirarse a sí misma y extraer y reivindicar todo lo que nos ha regalado a los españoles. No, no teman que no voy a hacer un elogio marchito de los cines de verano y de los de invierno de mis tiempos ni quiero detenerme en la mirada llorosa y herida que a todos se nos queda tras el final de Cinema Paradiso, que es la evidencia de que el cine es magia y emoción.

Hoy quiero hablar del cine español, de ese cine que se ensucia con tanta facilidad por los comentarios frívolos de unos y otros, pero que nos ha regalado toda su grandeza. No es casual que Berlanga nos haya sabido definir mejor que nadie hasta crear un adjetivo calificativo. No sé si todos los españoles somos quijotescos, pero, desde luego, todos somos berlanguianos. Es Buñuel quien mejor enseña nuestras sombras, sueños y claroscuros. José Luis Cuerda nos hace reírnos de nosotros mismos, reconocer el disparate que somos, mezcla de ingenuidad y caricatura. Camus, más íntimo y artesano, nos hace mirarnos dentro y nos educa porque en él están todos los clásicos. Almodóvar llena de color, sexo y dramatismo la pantalla como las coplas de las folklóricas antiguas. Garci tiene en sus ojos el mejor cine de todos los tiempos y sus películas con un continuo homenaje a lo que ya no se hace. Fernán-Gómez nos lleva a todos, cómicos o no, a un viaje a ninguna parte.

El cine como todas las artes nos enseña a mirar. No lo ignoremos ni ridiculicemos por sistema, por ignorancia. En toda burla hay algo pobre. Aprendamos no sólo a mirar, sino a admirar también. A los españoles nos cuesta mucho alabar lo nuestro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios