Carteles electorales en la era digital

L legaron las autopistas de la información, las redes sociales, los tiempos en los que un acontecimiento, una verdad o una mentira (ayer se lo conté) llegan a miles de personas y parece que muchos no se enteran del mensaje que nos enseñaron nuestras madres a golpe de zapatilla: "¡En-las-pa-re-des-no-se-pin-ta!". Debo reconocer que cada vez que veo un cartel electoral pegado en la pared me pongo de mala leche. Me parece un acto cargado de desprecio al resto de la ciudadanía. Y por ahí andan nuestros políticos y sus correveidiles (tanto los del cubo y la escoba como los del twitter en ristre) ensuciando la ciudad, provocando que servidor y todos ustedes tengamos que ver cómo nuestro dinero se dilapida en retirar todas esas guarradas por las esquinas. Y es que, al menos quien suscribe, preferiría ver a un trabajador de la limpieza pública haciendo su trabajo antes que perdiendo el tiempo retirando lo que unos guarros han 'sembrado' incívicamente.