Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Ciudadanos debía moverse

¿Qué esperaban? ¿Que Díaz Ayuso se refugiase en un restaurante como Rajoy, a llorar una moción de censura?

Ciudadanos estaba obligado a moverse de la foto fija de las derechas, y para ello planificó tres escenarios donde ejecutar una moción de censura: Madrid, Castilla y León y Murcia. De todas ellas, la del Levante era la que menos riesgo entrañaba, había algunos argumentos y el peculiar electorado naranja lo podía asumir. La de Madrid, sin embargo, era la que venía acompañada de más razones: el Gobierno de coalición no existe como tal, Isabel Díaz Ayuso (IDA) es tan populista como Rocío Monasterio, y su gestión de la pandemia se parece a la de Trump y al primer Boris Johnson. Además, desde los tiempos de Esperanza Aguirre y su tamayazo, los gobiernos populares han sido focos de corrupción, y Luis Bárcenas acaba de señalarlos como receptores constantes del dinero B de Génova. Pero en Madrid, a Ciudadanos le ha faltado valor, y por eso se fue a Murcia con el relato argumentativo.

Ciudadanos tiene un problema con sus votantes, porque ha atraído tanto a social liberales como a defensores de la unidad de España, ha creído que la cuadratura del círculo es posible, que se podía meter en una misma caja a quienes venían del PSOE y a los fanáticos de la patria española. Esto funcionó en Cataluña en 2017, pero la filigrana ideológica es muy complicada de sostener. Hay dirigentes naranjas que son más de derechas que el PP y profesan al PSOE un odio africano que los populares superaron de tanta vida en común durante estos últimos cuarenta años. Al votante de Ciudadanos en Madrid no le hubiese gustado ver cómo caía IDA en beneficio de Gabilondo.

Murcia, por tanto. Lo que no se comprende, por la talla política de quienes han intervenido en la moción, es que no previesen el decreto de convocatoria de Díaz Ayuso. ¿Qué esperaban? ¿Que se marchase, como Rajoy, a llorar sus penas a un restaurante de la Puerta de Alcalá? El Gobierno de coalición en Madrid lleva roto desde hace un año, y Díaz Ayuso no iba a esperar a que un día la subiesen al cadalso. Ella es intelectualmente insostenible, pero ha asumido de modo tan perfecto el populismo que Vox no va a adelantarle en la Comunidad, porque gran parte del voto voxero tiene en IDA un referente. Y más ahora.

Pero Inés Arrimadas debe proseguir, ese hueco es tan virtual como necesario, Ciudadanos ya lo dejó Albert Rivera en paliativos, debe intentarlo.

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