Su propio afán

Enrique Gª-Máiquez

Clave Calvente

A Pablo Iglesias, Dante, os pecados y el infiernole traen al pairo; pero el argumento humano está ahí

26 de diciembre 2020 - 02:13

Como mi anterior artículo se publicaba el día de Nochebuena no iba a ponerme a criticar a Podemos. Para eso tenemos el resto de los días del año. Así que me guardé mi indignación para mejor ocasión. Ésta.

El archivo de la querella en la Audiencia Provincial de Madrid por denuncia (falsa) de la abogada del Partido Marta Flor por un (falso) acoso sexual contra el también abogado de Podemos Calvente es de una gravedad multidisciplinar. Exponerla se llevará por delante este artículo; y no al responsable Iglesias porque ese no se va ni con agua caliente, aunque motivos tenga para dimitir.

Admira la sistematización (tan tomista) de pecados que hace el Dante (este año conmemoramos los 700 años de su muerte) de menos graves a peores. El más ligero (aunque mortal) es la lujuria, porque implica amar lo muy amable que creó Dios (hasta ahí todo en orden) de forma desordenada (que es lo único malo). Después y por el mismo argumento vienen la gula (umm) y la avaricia, porque todo es muy bueno hasta que se nos va la mano. Mentir es un pecado muchísimo más grave, porque no se salva ni su materia; y calumniar, peor; y la traición, el peor de todos. Yo sé que a Iglesias los pecados y Dante y el infierno le traen al pairo, pero el argumento humano está ahí y no le deja en buen lugar. Ha traicionado a su abogado, calumniándole al acusarle sin pruebas de "acoso sexual muy grave" y por interés de encubrir el caso Neurona. Es vicepresidente del Gobierno de España.

Más. Al usar como arma la denuncia sexual, instrumentalizaban algo muy serio y que el mismo Podemos quiere absolutizar. ¡Tanto como se indignan cuando se sugiere que hay algunas denuncias falsas, y van los tíos y se marcan una de manual!

Encima, este suceso ha arrastrado por los suelos los derechos de los trabajadores. Es verdad que estos aspectos sociales cada vez importan menos a Podemos, pero son una cuestión candente para una buena parte de su electorado. Obsérvese que aquí el empleador se inventa un delito para intentar calzarle un despido improcedente al empleado y acallarlo, además, hostigándole en público. Hay indicios de que puede haber sido una práctica habitual en Unidas Podemos.

¿Pasará desapercibido el escándalo Calvente entre tantos otros? Es probable porque está la política española de tal modo que los escándalos se camuflan con nuevos escándalos, en una estafa piramidal de la deshonestidad pública. No debería.

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