Ecpírosis

La ciudad gigante no es más que un gigante excremento acumulado de miseria y parque temático

Veo consternado y dolorido el fuego devorando la vida de este país; esto es parte de la desertización que nos explicaban en el colegio, cuando enseñaban. Por experiencia y miedo, siento compasión literal con estas personas que lloran impotentes viendo destruida la naturaleza a su alrededor y sus casas en el límite de la desesperanza, y piérdanla: no recibirán más que abandono.

Desde que la política se convirtió en publicidad, colocación, gestión cotidiana y ganapanes sin proyectos y al servicio de, han desestructurado el prestigio de la democracia. ¡Esto explica tanto! Dos de los tumores principales de nuestro modelo económico son el turismo y el urbanitismo, íntimamente imbricados, y, sin embargo, objetivo de estos politiquillos hueros.

Si necesitamos volver a una economía productiva y moderar el cambio climático, la ciudad gigante no es más que un gigante excremento acumulado de miseria y parque temático. El campo se abandona, nadie se preocupa, los pueblos se vacían, todo arde ¿y la inversión pública es para los AVE, autopistas, espectáculos turísticos...? Movimiento económico dicen, consolidando un modelo de explotación que beneficia brutalmente a una minoría y relega las migajas insalubres, inconstantes y temporales a una mayoría no cualificada o cualificada al servicio de, aquí todos servimos.

Una política de verdad invertiría en promover la vida rural, no haciendo alta velocidad para la nada (el bolsillo de). Hay que mantener los bosques y hay que promover una agricultura y ganadería sostenibles, desarrollar una red de servicios de transportes públicos de verdad, no para las urbes, y poner en marcha colegios e institutos y centros de salud y oficinas administrativas, ahí se debe invertir hasta doler los dedos de contar billetes, porque todo eso estructura de verdad y genera consumo de verdad y permanente, y una parte regolfaría en forma de impuestos, y los bosques arderían menos.

Hay que ser muy hipócrita para lamentarnos por esta destrucción, cuando la apuntalamos a diario con la estupidez más manifiesta. Los bosques acumulan combustible, mientras las ciudades crecen en pobreza. Por cierto, no se preocupen, si a alguien se le ocurriere plantear esto en serio, fundar un partido y tener opciones, saldrá otro Villarejo, y a cobrar, los de siempre. Democracia.

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