Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Jerez, 1979: Choquet, Esteban Viaña, Manolo Benítez, Falconetti y Nadiuska
JOSÉ Tomás triunfó en la Feria del Caballo de 2008 con una faena antológica. Un lance improvisado le otorgó más valor, si cabe. Dispuesto a brindar la muerte del toro al público, la muleta convertida en cartucho bajo el brazo y la montera en la diestra, el astado se arrancó a su espalda y, advertido por la exclamación del respetable, lejos de salir corriendo como harían los sensatos, se quedó clavado sobre el albero y tras pedir calma a sus subalternos con gesto sereno le pegó cuatro pases al toro -¡con la montera!- y aún hoy al aficionado se le encienden las pupilas cuando lo recuerda. La crisis en aquella Feria ya le había pegado una grave corná a la economía. El Gobierno pudo hacer más, cuando ya todos los parámetros advertían de sus pitones afilados, pero ni sabía al toro que se enfrentaba ni poseía el arte de José Tomás. En lugar de afrontarla por derecho, pegó cuatro pases por bajo, ignorando la realidad. Como al peor torero de chiste, parece que el toro sólo le gusta detrás de las papas fritas. Y obviamente acabó en la enfermería, porque los mercados lo empitonaron sin piedad. Hoy sigue siendo el pronóstico incierto y los ayuntamientos son los que peor lo llevan en la UCI. Los ingresos han caído tanto que en Urbanismo cuando alguien pide licencia sólo falta que el delegado se vista de luces y el personal diga ole. Cada día que transcurre, la situación es más límite en Consistorio: ahora es FCC la que amenaza con embargar el circuito; ahora ACS recurre con decenas de denuncias al Juzgado. Hoy Endesa corta la luz y mañana Telefónica amenaza con cerrar el grifo. Igual anuncia Urbaser que se marcha, que Linesur se pone en huelga. Faltan manos para taponar tantas heridas y la sangre, es decir, la liquidez, no llega, sea para impedir la quiebra de Onda Jerez, sea para garantizar la nómina del Ayuntamiento. El gobierno municipal, lleno de cicatrices, perdido en la plaza, castigado por los golpes y tantísimas volteretas, con el debate de la financiación local en el limbo y el Gobierno central dejando claro que cada Ayuntamiento ha de resolver sus problemas, tiene que decidir: o coge el toro por los cuernos y se ajusta a la realidad o seguirá pinchando en hueso hasta que el público se quede ronco y sin almohadillas que lanzar al ruedo. El toro de la crisis requiere temple y obliga a revisar el modelo antes de que suene el tercer aviso. A saber, ¿puede Jerez pagar un circuito que explota un tercero o su obligación es vender, por ejemplo? Las interrogantes son muchas. La certeza es que la situación es tan insostenible que ni José Tomás puede ayudar con su torería. Ahora sólo cabe para el PSOE hacer como Paula cuando le brindó un toro a Don Juan Carlos: "Majestad, tengo el honor de brindarle este toro, va por usted, y suerte... Y ahora deséeme suerte usté a mí a ver cómo salgo yo con éste". Ya saben, suerte... y al toro. No queda otra.
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