Tribuna libre

Juan Puerto Cabrera

Jesús Mantaras, gran alcalde, gran empresario y gran amigo

Jesús y yo fuimos grandes amigos desde que coincidimos en el año 1943 en el Colegio de los Marianistas de la Porvera. Terminamos a la vez el bachillerato, aprobando el examen de Reválida en la Universidad de Sevilla el año 1952.

El grupo de amigos de nuestra época juvenil compartió muchos momentos buenos y divertidos, como cuando hace más de 50 años fundamos la caseta de Feria ‘Al Relente’. La mayor virtud de Jesús fue siempre su honestidad en todos los aspectos, familiar, profesional y político, con un sentido religioso católico de los de verdad como Carmen su esposa y todos sus hijos, entre ellos Federico, sacerdote Vicario General del Obispado Asidonense, y su hija Mercedes, misionera de la Caridad (Fundación de Madre Teresa de Calcuta), ejerciendo ahora en Kenya.

Jesús tuvo siempre grandes inquietudes sociales. Al acabar sus estudios de Derecho inició su trabajo en la Caja de Ahorros de Jerez, en la que llegó a desempeñar el puesto de Director-Gerente desde el que impulsó a la Caja que llegó a ser la primera entidad financiera de la provincia, creando numerosos puestos de trabajo, abriendo numerosas sucursales en Jerez y en toda la provincia. Entre sus muchas y variadas realizaciones sociales destaca la creación y puesta en marcha del Club Nazaret, para lo que Jesús contó con la entusiasta colaboración y apoyo del Obispo Cirarda y del insigne ex alcalde jerezano D. Antonio Mateos Mancilla.

Y entrando en la actividad política de Jesús Mantaras, fue el alcalde Miguel Primo de Rivera Urquijo quien le reclamó como teniente de alcalde para que, como empresario de probada valía, se ocupase de la delegación de Hacienda y Patrimonio con el fin de sanear la tesorería del Ayuntamiento. Al concluir la etapa de Jesús con Miguel Primo de Rivera, el municipio quedó liberado de la mayor parte de la deuda y los presupuestos eran equilibrados, potenciándose mayores inversiones sociales al desaparecer el déficit. Junto a esto, la corporación no cobraba un solo céntimo.

Durante la transición democrática, me consta que destacados políticos pidieron a Jesús que se presentara como candidato a la Alcaldía al producirse el cese de Manuel Cantos. Por esas fechas ya ejercía yo como concejal al salir elegido con el apoyo de maestros y sindicalistas, formando un grupo de oposición mayoritario y compacto.

Cuando Jesús Mantaras decidió presentarse como candidato nos citó a Pepe Pérez Luna, entonces alcalde en funciones, y a mí, para comunicarnos sus intenciones y comentar las posibilidades. Con nuestra opinión muy favorable informamos a nuestros compañeros de corporación y Jesús salió elegido alcalde de Jerez con nuestros votos avalados por su brillante expediente como empresario. En su toma de posesión recuerdo a su madre, doña Petra García Figueras, cuando muy emocionada se dirigió hacia mí para besarme cariñosamente en agradecimiento.

Entre sus proyectos para Jerez destaca su propuesta de creación de la Facultad de Derecho en terrenos cedidos por la Caja de Ahorros, apoyado por todos los miembros de la corporación, muy especialmente por Pepe García de Quevedo. Inexplicablemente, la propuesta encontró la oposición del Gobernador Civil y esta actitud llevó a la dimisión de Jesús y de todos los concejales. En una reunión a puerta cerrada, el Gobernador Civil se vio obligado a rectificar retirando su oposición al proyecto y los concejales volvimos a nuestros puestos para no echar más leña al fuego, aunque Jesús Mantaras y Pepe García de Quevedo optaron por no seguir en el Ayuntamiento. Por este motivo, Juan Corchado fue nombrado alcalde de Jerez.

Durante el mandato de Jesús Mantaras tuvimos el honor de recibir la visita de sus majestades los Reyes de España, D. Juan Carlos y Doña Sofía.

Quizás sea yo el único superviviente de aquella corporación que ejerció durante la transición democrática, aunque no tengo noticias de algunos. Pertenecíamos a aquella generación de “los que no fuimos a la guerra”, ni en un bando ni en otro, poniendo nuestro granito de arena para que se realizase una transición pacífica: no era imaginable que dos políticos tan distantes ideológicamente como Fraga y Carrillo llegaran a estrecharse la mano... Hacían falta personas como Jesús Mantaras, honestas, sin ambiciones ni protagonismo de ninguna clase y de probada solvencia moral y económica: ahí quedan sus obras, el Club Nazaret, la Facultad de Derecho y, sobre todo, la hoy tristemente desaparecida Caja de Ahorros de Jerez, motor de la economía jerezana, creadora de tantos puestos de trabajo y ayuda a las clases más necesitadas.

Por todo lo hecho por y para Jerez y especialmente por la puesta en marcha de la Facultad de Derecho por la que tantos estudiantes han pasado, sugiero que como homenaje póstumo se perpetúe la memoria de Jesús y de Pepe Garía de Quevedo con una placa conmemorativa a la entrada de la Facultad como reconocimiento del pueblo jerezano.

Hace varios meses tuve la oportunidad de reunirme con Jesús para rememorar nuestra vieja amistad y tomar la que sería nuestra última copa de jerez juntos, un Palo Cortado que mereció nuestros mejores elogios. Manolo Fernández García Figueras fue testigo de tan agradable encuentro.

¡Ojalá tuviésemos muchos alcaldes como Jesús Mantaras...!Gracias Jesús, gracias Carmen, por todo lo que nos habéis regalado.

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