La Rayuela
Lola Quero
Rectores
Crónica levantisca
La película de Sergio Leone ha vuelto como símil al Parlamento andaluz. Ahora ha sido la socialista Ángeles Férriz quien ha comparado a la cúpula del Gobierno andaluz con El bueno, el feo y el malo, aunque fue Susana Díaz quien se refirió al título para ilustrar los distintos papeles que Juanma Moreno, Juan Marín y Elías Bendodo se habían adjudicado para representar ante la opinión pública. Inmaculada Nieto, de Unidas Podemos y que es la parlamentaria más brillante de la Cámara, ya advirtió el miércoles pasado a sus señorías que todos éramos conocedores de la impostura de este casting, porque el bueno no es tan bueno, el malo no tan malo y el feo no tan feo.
Juanma Moreno es, sin duda, el bueno. Elías Bendodo lo ha apartado de toda querella, el presidente es un tipo dialogante, sereno y moderado que nunca ataca con fiereza, sino que se lamenta. No por repetida en muchas ocasiones a través de la historia, la estrategia ha vuelto a ser un éxito.
Bendodo se aplicó a ello desde el inicio del Gobierno del cambio. Sin pudor nos mostró el interior de las cámaras secretas de San Telmo, aquello de las vacunas de la gripe que el PSOE había sisado para financiarse y los archivos secretos que se escondían en el garaje de la Consejería de Hacienda. Pero el consejero de Presidencia se refinó, nunca pierde el hilo de la crítica, pero ha depurado sus formas, es un tipo listo que ha sabido colocarse en unos escalones más altos de los que había peleado en la política malagueña.
A Juan Marín, y sólo por descarte, porque Sergio Leone lo quiso así, se le adjudicó el papel del feo, pero el sanluqueño no entendió la virtud del reparto y quiso ser más malo que Bendodo, tanto ha insistido que lo ha conseguido. "Que se quede esperando". Ea. Como si en vez de ser vicepresidente de la Junta y líder de Ciudadanos, fuese de Vox. Eso le respondió a Espadas, lo que, además de un tanto burdo, es un error estratégico más de Marín, porque el líder socialista debía aparecer como quien rompía la negociación y no el Gobierno andaluz.
Elías, que lleva a los de Ciudadanos como el pavero en las procesiones, en grupo y sin que ninguno se pierda, se lo tiene dicho a Marín: Juan, tú tendrías que ser el bueno, el moderado, el de centroizquierda, el que barre más allá del punto aristotélico y, si no, el feo, pero nunca el malo, que nos quedamos sin escaños.
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