HABLANDO EN EL DESIERTO

Francisco Bejarano

Ley injusta

07 de marzo 2009 - 01:00

TENEMOS una semana de exaltación feminista al celebrarse mañana una de las fiestas grandes del calendario litúrgico progre. Todos sabemos, hasta los legisladores, que la Ley Integral contra el maltrato machista, aparte de su nombre absurdo, será derogada antes o después por injusta, no porque defienda a las mujeres de los excesos masculinos sino porque deja indefensos a los hombres. La picaresca tradicional española no necesitaba más que una ley para el avance de las malas ideas y de las venganzas personales, o simplemente para sacar provecho de un asunto que debería tratarse con mucha delicadeza. La muerte de mujeres a manos sentimentales de hombres no ha disminuido, más bien lo contrario, y favorecer a un sexo en los conflictos de pareja es no creer en la igualdad ante la ley de hombres y mujeres. La 'discriminación positiva' muestra el desdichado progreso de la perversión del lenguaje.

La legislación favorecedora de minorías en delitos y faltas que ya estaban en los códigos se ha promulgado para adular a un sector de la población, dar la impresión de que hemos adelantado a la modernidad cogiendo carrerilla y tomado medidas justicieras con visos de revolucionarias; pero esto es mentira: perjudica a la inmensa mayoría, pone a los jueces en la incomodidad moral de aplicarla contra su convicción, abre la puerta a pícaros y aprovechados y lleva el descontento a la sociedad obligada a cumplirla. Vuelvo a poner el ejemplo de los 'matrimonios' entre homosexuales, una ley tan tradicional, conservadora y de derechas que ha agraviado a los verdaderos matrimonios, porque no hacia falta ni era un clamor popular, equipara relaciones distintas y deja en la sombra de la sospecha a los aristocráticos amores de los dioses. Una ley para elevar la vulgaridad a rango de sacramento, como una eucaristía de la ignorancia.

En la ley contra el maltrato a las mujeres está el reconocimiento de una desigualdad legal entre sexos; pero es que, además, si el maltrato y las agresiones físicas y verbales ya estaban desde antiguo en las leyes, hacer una específica para las mujeres, pide otra para los hombres maltratados, que los hay, y no pocos, y muchas más para ancianos, niños, inmigrantes, pobres, viudas y doncellas, con el fin de deshacer todos los entuertos. Los romanos, inventores del Derecho, querían pocas y justas leyes, pues creían con buen juicio que la abundancia de leyes hacía más difícil impartir justicia, que es, según la definición clásica, dar a cada uno lo suyo. Una ley contra el maltrato que incita al maltrato y ha hecho aumentar los homicidios y asesinatos, es una ley diabólica, la torpeza ejemplar de un legislador más guardián de sus intereses políticos que de los generales de la sociedad. Celebraremos su derogación como un triunfo de la justicia y un paso más hacia la igualdad legal de los sexos.

stats