¡POR FAVOR, déjenlo disfrutar! De un tiempo a esta parte padres y madres, siempre desde el amor, estamos forzando a nuestros hijos hacia la depresión, el fracaso o la ansiedad. De un lado un exceso de protección, a la vez que un endiosamiento descomunal, lo que está llevando a nuestros hijos a perder la esencia de la infancia, que es la de disfrutar.

Leo Messi o Cristiano Ronaldo han hecho mucho daño en las cabezas de muchos de nosotros, solo hay que darse una vuelta los sábados o domingos por esos campos y canchas de barriadas, para detectar cuantos padres y madres ven, sienten y, lo peor de todo, exigen a sus hijos como auténticos profesionales del deporte.

En una etapa de nuestras vidas en las que el deporte debería ser una fuente de satisfacción, gozo y disfrute, padres y madres estamos convirtiéndola con nuestras exigencias, deseos, presiones y comentarios en una etapa frustrante y en ocasiones hasta dramática.

En el deporte, como en la vida misma, quien tenga que llegar, salvo que suceda algún accidente, llegará. El tiempo pone a cada uno en su sitio de manera inexorable. Pero nadie puede pretender ser más veloz que el propio tiempo. El mejor vino del mundo requiere su tiempo justo. La persona más erudita también fue un niño sin conocimientos. Pero es que además existen muchas clases de vinos y de muchos niveles distintos que tienen cabida en el mundo, todos ellos por supuesto han requerido su justo paso del tiempo.

Todos queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas, eso no se puede ni tan siquiera dudar, lo que ocurre, es que se nos ha olvidado que los fines de semanas son para disfrutar y que un partido de alevines, infantiles, cadetes o juveniles no es una obligación, ni un peldaño semanal dentro de la carrera profesional que estamos visualizando para nuestros vástagos.

Pero como siempre esto que cuento no es más que una opinión personal, cada cual educa a los suyos como mejor considera oportuno, aunque la realidad de estos últimos años es que solo ha habido un Lionel Messi, un Rafa Nadal o una Mirella Belmonte. No olvidemos que solo tenemos una vida, que esta es muy corta y que la infancia y la juventud es más efímera aún. Dejemos que nuestros niños y niñas disfruten.